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Apuntada la infrarrepresentación femenina en el VPM

Varios estudios dedicados a medir la participación de las mujeres en el V Programa Marco (VPM) de la Comisión Europea han coincidido en señalar la subrepresentación de las mujeres en casi todos los sectores. Los estudios, que se extendieron a seis de los subprogramas del VPM,...

Varios estudios dedicados a medir la participación de las mujeres en el V Programa Marco (VPM) de la Comisión Europea han coincidido en señalar la subrepresentación de las mujeres en casi todos los sectores. Los estudios, que se extendieron a seis de los subprogramas del VPM, contemplaron el número de investigadoras en proyectos financiados con fondos comunitarios, el número de mujeres encargadas de evaluar propuestas de investigación, la representación femenina dentro de la Comisión y el grado de atención de los programas de investigación financiados a las necesidades de las mujeres. Las observaciones recomiendan un número de acciones encaminadas a optimar la situación de las mujeres en la investigación comunitaria, como puede ser ampliar la difusión de un mensaje programático reforzado o fomentar la capacidad de ejecución estratégica de la Comisión y la integración de la dimensión de género en los documentos, la promoción de programas y el proceso de evaluación. "La política comunitaria de igualdad de oportunidades e integración de la dimensión de género deberá constar sistemáticamente en cada uno de los apartados del programa, desde los objetivos genéricos hasta la orientación destinada a los proponentes y criterios de evaluación", así rezan las recomendaciones. "Las declaraciones relativas a la importancia que reviste potenciar la contribución femenina a la ciencia se merecen más cobertura, en los sitios web Europa y CORDIS, por ejemplo". Los encargados de los estudios convinieron en el nítido compromiso de la Comisión con la integración política de la dimensión de género, aunque sin dejar de señalar la ausencia de estrategia clara de cara a cómo darle salida en la aplicación de programas. "El compromiso institucional necesita sustentarse en procedimientos organizativos que requieran responsabilidad técnica a los responsables de programas", se especifica en el informe de síntesis. Los estudios recomiendan igualmente a la Comisión que suministre al personal formación en asuntos de género y que se dediquen más esfuerzos a la contratación de mujeres en puestos de nivel superior. Los estudios preconizan la inclusión del género entre los objetivos de la investigación en el conjunto de los programas de trabajo y la constitución de un grupo de trabajo encargado de medir por el rasero del género todos los borradores de programas de trabajo. En los documentos de propuestas deberán acompañar el expediente declaraciones por las que se anime a los proponentes a emprender investigaciones relacionadas con el género; asimismo, según las conclusiones de los estudios, conviene proporcionar orientación de modo que se pueda examinar la diversidad de usuarios finales de los resultados y la tecnología desarrollada, y describir su perfil socioeconómico. No sólo eso, sino que convendría también que los proponentes suministraran datos de cómo garantizar la igualdad de participación de hombres y mujeres en las actividades programadas y facilitaran estadísticas desglosadas por sexos para reflejar el equilibrio de los equipos de proyectos. Por último, los estudios recomiendan que la "base de datos de socios de CORDIS permita que los socios potenciales que se registren hagan constar su experiencia en cuestiones de género en la sección de habilidades y competencias". De los estudios se desprende la escasa participación de las mujeres en los proyectos del VPM. Del análisis de las horas trabajadas por el personal científico femenino en los proyectos el estudio correspondiente a las tecnologías de la sociedad de la información (IST) dedujo que la participación femenina resulta desmedidamente baja si se considera la estructura de personal de las organizaciones estudiadas. El estudio sobre medio ambiente situó el número de socias en las propuestas en menos del 20 por ciento, entre la totalidad de las acciones clave. El programa de Innovación-PYME es, según el estudio correspondiente, el que mayor número de coordinadores registra, esto es, el 20 por ciento, contrastando así como el programa IST que muestra un 11 por ciento, el nivel más bajo. La investigación se centró igualmente en la participación de las mujeres en los grupos asesores independientes, esto es, los organismos encargados de proporcionar a la Comisión asesoramiento autónomo sobre el contenido y la orientación de las líneas de investigación del VPM. Aun cuando la Comisión se haya esmerado en la sistematización del proceso de recabar datos sobre la participación femenina en los grupos asesores y organismos decisorios, dista de ser factible cualquier análisis exhaustivo por el carácter embrionario de la fase actual. Ahora bien, tres de los estudios dan cuenta, partiendo de la información disponible, de que la Comisión ha cerrado el objetivo del 40 por ciento asignado a la representación femenina en grupos asesores independientes. Este objetivo se formuló en el marco de la política de integración de la dimensión de género de la Comisión. Tanto el programa de potencial humano como el de energía, medio ambiente y desarrollo sostenible cumplieron el objetivo definido. En los comités de programas, integrados por delegados de los Estados miembros y los países asociados, y encargados de prestar a la Comisión asistencia en la gestión y aplicación del VPM, los estudios observaron entre los programas variedad en la representación femenina. Tras análisis más detenidos de esta circunstancia, algunos estudios señalaron que las expertas asumen funciones asesoras mucho más que decisorias. Más positivas resultaron las conclusiones del análisis de la participación de las mujeres en los grupos de seguimiento, esto es, aquéllos responsables de la elaboración de informes de estado sobre la aplicación de programas. Los esfuerzos de la Comisión por seleccionar mujeres para algunos grupos han culminado con una tasa de representación femenina de entre el 20 por ciento y el 50 por ciento. Muy distintos han sido los resultados correspondientes a los grupos expertos de evaluación. La falta de mujeres en las listas de expertos, las restricciones prácticas (como el que las reuniones se celebren en Bruselas y duren varios días) y las limitaciones derivadas de las prácticas de selección son los elementos causantes de la infrarrepresentación de las mujeres en estos colectivos. Entre las limitaciones propias de los trámites de selección se incluyen la obligación de experiencia previa, teniendo preferencia los candidatos previamente seleccionados, y la necesidad de rotación de los grupos de evaluación. En lo relativo al reparto entre géneros del personal de la Comisión Europea, los estudios destacan la marcada segregación vertical presente en la mayoría de los programas. Con todo, algunos programas han prosperado bastante, como demuestra el que el 40 por ciento de los puestos de grado A del programa de potencial humano los ocupen mujeres. El estudio sobre calidad de vida detectó pruebas de clara segregación vertical entre el personal de grado A y algunos indicios de segregación horizontal, agrupándose mujeres y hombres por áreas o disciplinas de investigación. La investigación se hizo eco de que la cultura posiblemente masculina de los servicios de la Comisión encargados de la ejecución de programas podría obstaculizar la sensibilización sobre cuestiones de género. "Estos temas necesitan que se fomenten desde las primeras fases del programa, o sea, desde la misma publicación de material promocional y la convocatoria de jornadas informativas. Además, un programa de talante público eminentemente masculino desalentará ineluctablemente la participación femenina", se estipula en el informe de síntesis de los estudios. Todos los estudios abundaron en el sentido de que la dimensión de género no tiene la consideración que le corresponde en los programas de trabajo del VPM y que la investigación propia del género, o investigación sobre las mujeres, no suele contemplarse en el temario de los programas de trabajo. El estudio sobre medio ambiente observa que de los 2.125 resúmenes de propuestas evaluados, tan sólo uno recoge el término "mujeres", si bien el estudio de potencial humano sentó que el ocho por ciento de las propuestas evaluadas tenía en el género uno de sus más claros elementos de investigación. Junto con los demás programas, el de crecimiento del VPM, que no llevó a cabo un estudio de evaluación del impacto en el género, está intentando elevar el perfil de las mujeres en la ciencia, con algunos resultados positivos ya observados. De hecho, cuando las mujeres apenas totalizaban el uno por ciento de los coordinadores de proyectos del IVPM, la proporción se ha elevado al ocho por ciento en el VPM. Los representantes del programa de crecimiento alegan que la investigación industrial se ha limitado tradicionalmente al ámbito masculino, poniéndose el énfasis en la fuerza física. Sin embargo, últimamente la atención se ha trasladado a la solución de problemas y concretamente al impacto socioeconómico, que está imprimiendo igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.