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La Comisión y la industria reconocen la necesidad de reducir la experimentación animal

Durante una conferencia celebrada en Bruselas el 9 de julio, la Comisión Europea y la industria convinieron en la necesidad de reducir la experimentación animal mediante la adopción de métodos alternativos de pruebas y en la trascendencia de intensificar la cooperación para ma...

Durante una conferencia celebrada en Bruselas el 9 de julio, la Comisión Europea y la industria convinieron en la necesidad de reducir la experimentación animal mediante la adopción de métodos alternativos de pruebas y en la trascendencia de intensificar la cooperación para materializar dicho objetivo. Phil Botham, del laboratorio central de toxicología Syngenta ubicado en el Reino Unido, hizo un llamamiento para la asignación de fondos comunitarios, en particular los presupuestados en el VI Programa Marco (VIPM), a proyectos "de finalidad clara". Insistió en la importancia de que la industria interviniera de alguna forma en la investigación universitaria, de modo que se pudiera garantizar la adecuación de los resultados de investigación con las necesidades de la industria. "La mayor presencia de métodos alternativos sólo se hará realidad subvencionándose proyectos con participación de investigadores académicos e industriales. ¿Quién mejor que ellos para asegurar que la investigación atiende necesidades comprobadas?", preguntó Phil Botham. Botham cuestionó igualmente la creencia difundida entre la clase política de que es posible eliminar gradualmente en el plazo de 10 años los experimentos con animales. "Me parece más bien que se tardará entre 10 y 30 años en suprimir algunos de los ensayos más complejos, como los relacionados con el cáncer o los efectos de sustancias químicas en los niños no nacidos. Todavía nos falta conocimiento biológico básico. Necesitamos investigación fundamental, algo que no puede limitarse en el tiempo". El comisario de Investigación, Philippe Busquin, pidió asimismo más coordinación de manera que se pudiera sustituir la experimentación animal por otros métodos. "Si bien la Comisión está comprometida con los procesos de reducción, sustitución y depuración, incluso a través de sus fondos propios de investigación, poco se podrá hacer sin el esfuerzo conjunto de científicos, administraciones nacionales, industria, organizaciones no gubernamentales y responsables europeos de la definición de políticas", advirtió el comisario. La conferencia de Bruselas de los 9 y 10 de julio la organizó la Comisión para analizar los últimos adelantos científicos en cuanto a reducción de ensayos animales y definir prioridades de investigación. El comisario Busquin subrayó la probable reducción de disponibilidad de animales para fines experimentales en el texto de la próxima Directiva comunitaria de productos químicos. La aplicación de la Directiva y la preocupación que suscita el bienestar animal hacen que resulte imprescindible desarrollar métodos alternativos. Phil Botham hizo hincapié en lo conseguido en los últimos 10 años en cuanto a reducción del número de animales utilizados en ensayos no reglamentarios. A lo largo de dicho periodo se han desarrollado con cierta capacidad las pruebas de modelación informática y ensayos in vitro, cuya utilización está aumentando. Phil Botham insistió, sin embargo, en que actualmente, para determinados productos, eran obligatorias una serie de pruebas y que las normativas se estaban volviendo más estrictas. "Nos preocupa que aún queden efectos químicos sin identificar", dijo. Michael Balls, ex director del CEVMA, Centro Europeo para la Validación de Métodos Alternativos, que pertenece al Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión Europea, insistió en que no se necesitaban métodos alternativos, sino métodos avanzados: "No conviene ser demasiado optimistas ni pesismistas, sino realistas. Lo que debemos es ver adónde queremos llegar y hacer todo lo posible para llegar a meta". El profesor Balls enfatizó lo difícil que era desarrollar pruebas nuevas. "No podemos cometer errores. La responsabilidad que pesa sobre nosotros es enorme", señaló. Kees Van Leeuwen, director recién nombrado del Instituto para la Salud y la Protección del Consumidor, del que forma parte el CEVMA, destacó las opciones de futuro. Anunció que se estaba determinando el destino de los fondos del VIPM disponibles para el CCI y se refirió a las opciones de cooperación con EEUU y Japón en materia de ensayos in vitro, vista la convergencia legislativa en este ámbito. Kees Van Leeuwen también instó a la aplicación de un enfoque más holístico al desarrollo de métodos alternativos de pruebas. Los investigadores deberían empezar midiendo los efectos de las sustancias químicas antes de recurrir a pruebas in vitro y, por último, utilizar animales, en su caso. A título del V Programa Marco, la Comisión subvencionó proyectos de investigación que incluían experimentos con animales, con cargo al programa de calidad de vida; aun así, el mismo programa apoyó la definición de métodos alternativos. Hasta la fecha, 35 proyectos de investigación han recibido ayudas equivalentes a 43 millones de euros, mientras está previsto que varios proyectos adicionales reciban ayudas financieras en el año 2002. Los proyectos financiados incluyen el desarrollo de cultivos de células y planteamientos (informáticos) "in silico". Los resultados de las investigaciones subvencionadas con fondos comunitarios se transmiten sistemáticamente al CEVMA, que procede a evaluar la elegibilidad de las propuestas de métodos nuevos para el proceso de validación. A los tres métodos alternativos a la experimentación animal que ya se han incorporado a la legislación comunitaria cabe añadir los 10 métodos validados que se encuentran en trámite. La UE sigue subvencionando algunos proyectos que llevan a cabo experimentos con animales dada la ausencia de métodos alternativos en determinados campos, y porque la vida humana importa más que el bienestar animal, según comentó a Noticias CORDIS un portavoz de la Comisión. Sin embargo, no dejó de insistir en que cada opción era cuestión de valores. Según indicó, la Comisión evalúa con mucho cuidado cada una de las propuestas de proyectos que involucren pruebas con animales y acepten este método únicamente si no tiene alternativa.

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