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Personalised Risk assessment in febrile illness to Optimise Real-life Management across the European Union

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Prueba de una hora para diagnosticar a menores con fiebre

Imagine una prueba que identifique la causa exacta de la fiebre en menores en una hora. No más esperas, no más regresar al hospital tras un diagnóstico inadecuado, no más antibióticos innecesarios. Esto es en lo que el proyecto PERFORM ha estado trabajando gracias a la secuenciación de ARN y el análisis de proteínas.

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Nada deja más a los padres con una sensación de temor que un bebé o un niño pequeño con una fiebre irrazonablemente alta. En estas situaciones, tan solo hay una opción: ir inmediatamente al hospital para que los médicos puedan distinguir entre las infecciones víricas leves que se curan por sí solas de las bacterianas graves. Sin embargo, los métodos que se utilizan actualmente en los hospitales están lejos de ser totalmente fiables. Con PERFORM (Personalised Risk assessment in febrile illness to Optimise Real-life Management across the European Union), los socios del proyecto se proponían solucionar los tres principales problemas que plantean estos métodos: el elevado número de menores que son tratados innecesariamente con antibióticos; el hecho de que la etiología de algunas infecciones bacterianas graves todavía se escapa; y la gran cantidad de tiempo necesario para obtener los resultados de las pruebas. «La inmensa mayoría de los menores admitidos en urgencias tienen enfermedades triviales que no requieren ningún tratamiento, pero entre ellos también hay un pequeño número de infecciones bacterianas que pueden evolucionar hacia cuadros potencialmente mortales como la septicemia, la meningitis, la neumonía, la osteomielitis y la artritis séptica», explica Michel Levin, coordinador de PERFORM y profesor de Pediatría y Salud Infantil Internacional en el Imperial College de Londres. Los médicos necesitan descartar tales escenarios, pero la solución de referencia —los cultivos bacterianos pueden tardar entre veinticuatro y cuarenta y ocho horas— no pueden aplicarse a puntos de difícil acceso como los pulmones. ¿El resultado? Demasiados menores todavía se someten a tratamientos innecesarios con antibióticos de amplio espectro porque la presencia de bacterias no se pudo descartar o son enviados a casa sin tratamiento para regresar con síntomas agravados.

De los genes y las proteínas a las pruebas rápidas

El consorcio de PERFORM afronta este desafío aprovechando el potencial de una nueva técnica llamada secuenciación de ARN sanguíneo. «En lugar de hacer cultivos de bacterias o utilizar métodos moleculares para identificar el patógeno, proponemos identificar la infección bacteriana utilizando la respuesta inmunitaria del menor a dicho patógeno —explica Levin—. El concepto básico es que identificar la respuesta específica del huésped puede ayudarnos a diferenciar las infecciones bacterianas de las víricas triviales». Médicos e investigadores de toda Europa probaron dos métodos distintos en muestras de sangre de 6 000 menores: uno que detectaba los genes que se activan como respuesta a bacterias y virus y otro que detectaba las proteínas producidas como respuesta a estos dos tipos de infecciones. «Además de demostrar que el patrón de ARN expresado en una muestra de sangre puede distinguir con precisión a las infecciones bacterianas de las víricas, también descubrimos que, para ello, solo se necesitan entre tres y cinco genes. Lo mismo sucede con las proteínas: solo necesitamos una pequeña cantidad», añade Levin. Sin embargo, no fue un proceso fácil. Cada paciente estudiado generó millones de secuencias de ARN o péptidos. Reducirlas a un número muy pequeño requirió el uso de métodos informáticos sofisticados y todavía quedaba el reto de convertir estos genes en una prueba rápida que pudiera dar los resultados en una hora. La empresa de biotecnología bioMérieux ya está trabajando duro para desarrollar un prototipo de dispositivo. Aparte de este método revolucionario para realizar las pruebas, el proyecto generará también grandes cantidades de datos sobre los patrones y los casos de enfermedad febril. El equipo determinó, en particular, que muchos menores que padecían infecciones bacterianas graves y potencialmente mortales también tenían virus en la nariz o garganta. «Esto sugiere que la infección bacteriana y la infección vírica no son dos afecciones distintas. De hecho, las infecciones víricas pueden alterar la resistencia o la respuesta a las infecciones del menor, lo cual permite a su vez que se desarrollen infecciones bacterianas. Esto muestra cómo la presencia de un virus en la nariz o garganta de un menor no excluye la posibilidad de una infección bacteriana grave», señala Levin. Está previsto que PERFORM llegue a su fin en junio de 2021, pero un proyecto de seguimiento —DIAMONDS— ya está en camino. El nuevo proyecto investigará la hipótesis de que todas las enfermedades inflamatorias e infecciosas pueden diagnosticarse con rapidez y precisión con firmas de genes. Finalmente, ambos proyectos ayudarán a aliviar las preocupaciones de padres y facultativos, a la vez que evitarán el uso inadecuado de antibióticos en menores.

Palabras clave

PERFORM, menores, fiebre, enfermedad febril, virus, bacterias, diagnóstico, secuenciación de ARN, método de pruebas

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