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Understanding children's empathy: an ethnographic study among the indigenous Runa of the Ecuadorian Amazon

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Cómo la empatía en la primera infancia puede conformar la actitud hacia la naturaleza

En la actualidad, se debate sobre cómo podemos transformar de forma positiva nuestra relación con el medio ambiente, inclusive con otros animales. ChildEmp se fijó en cómo los niños de la selva amazónica desarrollan empatía con entidades no humanas, a fin de plantear enfoques educativos.

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Algunos investigadores sugieren que la raíz de la crisis climática actual se puede remontar hasta la objetificación occidental de la naturaleza, en que se considera la naturaleza como un recurso a controlar y explotar. El proyecto ChildEmp, que recibió el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, investigó cómo el desarrollo de la empatía en la primera infancia de los quechuas de la selva ecuatoriana forja la actitud hacia el mundo natural. ChildEmp se orientó considerando que la empatía es un proceso de socialización a largo plazo, a través de la práctica diaria y que los factores culturales y sociales permiten que lo no humano se perciba «más como nosotros» y merezca mucha más empatía. «ChildEmp sugiere que una relación con la naturaleza depende tanto de las formas culturalmente disponibles de entendimiento de la similitud, como de cualquier familiaridad con lo no humano —afirma la beneficiaria de una beca individual de investigación Marie Skłodowska-Curie Francesca Mezzenzana, de la Universidad de Kent, anfitriona del proyecto—. Una implicación esencial es que tomarse en serio la cultura resulta obligatorio al abordar prácticas educativas y relaciones entre personas y el medio ambiente».

Fusión de psicología y antropología

Las sociedades autóctonas del Amazonas se conocen en la literatura antropológica por identificar intenciones, sentimientos y deseos en entidades naturales no humanas, como los árboles y los ríos. Para investigar a los quechuas, ChildEmp aprovechó una combinación de observaciones antropológicas a largo plazo sobre cómo las comunidades enmarcan y codifican su mundo, además de abundantes conocimientos empíricos de psicología sobre la socialización en la infancia. La metodología de ChildEmp principalmente fue una observación participativa con inmersiones en la vida diaria de los quechuas. Se observaron tres niños pequeños (con unas pocas semanas de vida a tres años) y tres niños mayores (entre tres y seis años). Mezzenzana vivió con las familias, participó en la vida doméstica, incluso se unió a la búsqueda de comida y observó jugar a los niños y las narraciones. Algunas de las actividades se grabaron en vídeo para analizarlas posteriormente. «Primero me fijé en cómo los niños consideraban lo no humano, luego examiné como mostraban empatía hacia ello en la vida diaria y cómo las prácticas educativas influían en ello», explica Mezzenzana. Un ejemplo de cómo los quechua reconocen la voluntad en no humanos era la manera en que percibían la comunicación de las lombrices, al notar los sonidos colectivos que hacen cuando están en peligro. «Al evaluar el comportamiento no humano, los métodos occidentales suelen buscar pruebas de intencionalidad; para los quechua este sonido colectivo ya es una prueba de comunicación», añade Mezzenzana. «Curiosamente, esta atribución de voluntad en no humanos no se traduce automáticamente en una mayor empatía, lo cual parece basarse en una intimidad y familiaridad a largo plazo con no humanos».

Implicaciones educativas

Una de las implicaciones de los hallazgos de ChildEmp es que nuestra relación con el entorno natural se puede modificar a través de la educación. Eso es relevante para iniciativas europeas que buscan enseñar a los niños, especialmente en entornos urbanos, a «reconectar» con la naturaleza y ser mejores guardianes del medio ambiente. «Sin embargo, mi investigación destaca que la naturaleza no es solo un objeto neutral. Según la experiencia de los niños se realiza a través de marcos culturales específicos, la exposición directa no garantiza mejores ciudadanos medioambientales», destaca. Mezzenzana actualmente trabaja en la elaboración de programas educativos, junto con un estudio intercultural sobre cómo los niños en diferentes entornos desarrollan empatía hacia no humanos. «Los niños occidentales suelen empatizar con animales que nunca han visto en la vida real, como los leones. Los niños quechua muestran más empatía hacia animales con los que interactúan. Eso plantea preguntas sobre la influencia de los libros, internet y la televisión», afirma Mezzenzana.

Palabras clave

ChildEmp, empatía, infancia, socialización, quechua, Amazonas, Ecuador, naturaleza, antropología, psicología, observación participativa

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