Preocupación pública en torno a las tecnologías sensibles
El proyecto «Sensitive technologies and European public ethics» (STEPE) se creó para ayudar en el desarrollo de políticas sostenibles desde un punto de vista social en materia de innovación tecnológica a nivel nacional y europeo. Los miembros del proyecto buscaron potenciar la contribución académica y extraer información de mayor relevancia de los datos que se desprenden de los estudios para aumentar el grado de conocimiento sobre el papel que desempeñan la ética y la opinión públicas en el ámbito de la biotecnología. El desarrollo de tecnologías sostenibles es una de las cuestiones que causan una mayor preocupación pública, concepto que STEPE denomina «ética pública». El método del proyecto contribuye a la temprana identificación de avances tecnológicos potencialmente controvertidos y su repercusión en la ética pública. Se tuvieron en cuenta las cuestiones relevantes que atañen a los grupos de interés clave de las áreas relacionadas, como puede ser la percepción de los ciudadanos de veinticinco de los Estados miembros de la Unión. El trabajo del proyecto incluyó la investigación, entrevistas con expertos, el diseño, análisis e informe del Eurobarómetro 2010 sobre ciencias de la vida y biotecnología, así como la aplicación de avanzados métodos estadísticos multivariante para facilitar el análisis de los datos. Entre otros hallazgos, los investigadores revelaron que en los últimos años se han producido cambios en cuanto a las preocupaciones públicas: en la actualidad, la principal inquietud tiene que ver con innovaciones tecnológicas sensibles. Se trataría, por ejemplo, de cuestiones pertinentes sobre el grado de seguridad de tales tecnologías, su utilidad frente a la limitación cada vez mayor de los recursos, o si sería posible encontrar alternativas más aceptables desde un punto de vista ético y moral. Gracias al aumento del grado de conocimiento sobre la ética pública de Europa, los resultados de STEPE sirven para estimular la reflexión, basada en métodos empíricos, sobre la materia y para respaldar un nuevo paradigma en la relación entre ciencia y sociedad. Los frutos de la iniciativa contribuyen a ampliar el debate en torno a la cuestión y servirán de ayuda para la elaboración de políticas responsables sobre innovación tecnológica. En suma, los ciudadanos de toda Europa deberían sentirse más seguros al saber que la innovación no sólo persigue mejorar su calidad de vida, sino que también respeta escrupulosamente la forma en que quieren vivirla.