La creación de una cadena alimentaria más segura comienza con la cadena de bloques
Dicen que somos lo que comemos, lo cual asusta bastante si tenemos en cuenta que no solemos saber mucho sobre de dónde proceden nuestros alimentos. «Los riesgos para la seguridad se producen porque no hay una forma eficaz de implantar un sistema global de integridad alimentaria que controle la seguridad, la autenticidad, la ética, el fraude, la trazabilidad y la calidad a lo largo de toda la cadena alimentaria», explica Lorenzo Pastrana, experto en procesamiento de alimentos del Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL). Sin embargo, con las nuevas tecnologías llegan nuevas oportunidades para hacer más transparente la cadena de valor alimentaria. Según Pastrana, una de esas oportunidades es la tecnología de cadena de bloques. «La cadena de bloques, una forma sencilla de pasar información de un punto a otro de forma totalmente automatizada y segura, representa, junto con otras soluciones digitales, la próxima gran revolución en seguridad alimentaria», añade. Con el apoyo del proyecto financiado con fondos europeos TrustEat, el INL, junto con la Universidad de Wageningen y IBM Research Europe, trabaja en el desarrollo de materiales y sensores basados en la nanotecnología que podrían hacer posible una cadena de bloques de alimentos.
Mejorar las competencias y capacidades de los investigadores en cadena de bloques
En el centro del proyecto se encuentra la mejora de la producción científica del INL y el refuerzo de la capacidad de investigación de los socios del proyecto en la cadena de bloques alimentaria. También pretende captar futuras oportunidades para llevar a cabo investigaciones conjuntas y desarrollar soluciones comercializables. Para alcanzar estos objetivos, el proyecto elaboró una hoja de ruta estratégica de investigación y desarrollo. También impartió formación a investigadores sénior y júnior, llevó a cabo actividades de referencia en gestión de la investigación y desarrolló diferentes actividades con las partes interesadas para facilitar el intercambio de conocimientos. «El principal resultado del proyecto fue un aumento de las capacidades y habilidades en cadena de bloques que el INL necesita para liderar el impulso hacia un nuevo sistema alimentario más seguro», afirma Pastrana.
Comercialización de sensores en el ecosistema de la cadena de bloques alimentaria
El proyecto también examinó las principales oportunidades de la tecnología de cadena de bloques dentro de la cadena de valor alimentaria, junto con la investigación de posibles obstáculos en su aplicación. Además, el equipo de investigación elaboró una estrategia para promover el uso de cadena de bloques en los sectores de la alimentación y la agricultura. «Nuestro principal objetivo aquí era comprender el potencial de comercialización de los sensores de INL dentro del ecosistema de cadena de bloques alimentario, donde podrían utilizarse para proporcionar información sobre el origen, la calidad y la sostenibilidad de los productos agroalimentarios», destaca Pastrana.
A la vanguardia de la tecnología de cadena de bloques en el sector alimentario
Aprovechando el impulso del proyecto TrustEat, el INL está centrando ahora su atención en aplicar sus nuevos conocimientos y habilidades al desarrollo de soluciones clave de cadena de bloques y habilitación digital. Para ello, los investigadores están explorando un posible nuevo proyecto financiado con fondos europeos que podría, además de avanzar en el uso de la tecnología de cadena de bloques alimentaria, explorar también cómo puede utilizarse la inteligencia artificial para tomar decisiones sobre la integridad de los alimentos. «El proyecto TrustEat abrió la puerta a una nueva área de aplicación para la experiencia del INL en sensores, materiales y dispositivos, posicionándonos a la vanguardia de la tecnología de cadena de bloques en el sector alimentario», concluye Pastrana.
Palabras clave
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