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A harmonized, modular reference system for all European automated border crossing points

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Una tecnología modular en aras de una seguridad fronteriza rápida, eficaz y segura en la UE

En los últimos años, la seguridad fronteriza se ha convertido en un tema político muy controvertido en Europa, pero muchos señalan la necesidad de que el endurecimiento de los controles no sea perjudicial para los viajeros desde el punto de vista de la velocidad y la eficacia. El proyecto FASTPASS, financiado con fondos europeos y finalizado recientemente, tenía el cometido de ofrecer una tecnología más avanzada consistente en una compuerta de control fronterizo automatizado.

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El número de personas que atraviesan las fronteras internacionales europeas aumenta sin cesar. Así, para 2025 se calcula que en Europa el número total de cruces fronterizos (contando los de entrada y salida de la zona Schengen, donde no se exigen pasaportes, desde terceros países) alcanzará los 887 millones, situación que entraña una gran dificultad para las autoridades fronterizas nacionales. Los viajeros desean que los controles fronterizos sean ágiles y rápidos, pero los guardias, por su parte, tienen que cumplir todas sus obligaciones con el fin de asegurar las fronteras exteriores de la UE frente a la inmigración irregular y fenómenos peligrosos como la delincuencia organizada y el terrorismo internacional. Un enfoque modular en dos fases Para satisfacer a viajeros y autoridades por igual, el equipo del proyecto FASTPASS (A harmonised, modular reference system for all European automated border crossing points) propuso un enfoque en dos fases para el control fronterizo automatizado que consiste en captar todos los datos de los viajeros y que se vale de un proceso de autoservicio (para registrarse) y de una compuerta que vuelve a identificar al viajero de manera muy rápida y cómoda, al tiempo que facilita el cruce de frontera en sí. «Separar el proceso de cruce en una fase de registro y otra de reidentificación ofrece la ventaja de aislar dentro del proceso la parte del registro, más difícil y susceptible de errores», explicó el coordinador del proyecto FASTPASS, Markus Clabian, del Instituto de Tecnología de Austria (AIT). «Los puestos que se utilizan para esa fase pueden instalarse a cierta distancia de la verdadera zona de cruce fronterizo, quizás en la zona de tránsitos o, con una perspectiva a largo plazo, incluso antes de llegar a la frontera». Además, el tránsito por la compuerta se puede agilizar y el índice de reconocimientos correctos puede mejorar si en la fase de reidentificación se incorpora el análisis biométrico del rostro. No obstante, aunque no se integre esa tecnología, la propuesta de FASTPASS aporta ventajas claras en cuanto a costes y plazos, sin dejar de cumplir los requisitos de seguridad. La tecnología propuesta por el equipo del proyecto se basa en una arquitectura modular que consta de módulos compatibles entre sí, y ello permite reutilizar las propuestas en distintos tipos de frontera. FASTPASS, a prueba El equipo del proyecto diseñó varios supuestos innovadores basándose en la arquitectura modular armonizada y buscó concretamente sistemas alternativos válidos para aeropuertos, puestos de control fronterizo para cruceros y fronteras terrestres donde los viajeros permanecen en sus vehículos. Partiendo de esas situaciones hipotéticas, el equipo del proyecto emprendió ensayos en tres emplazamientos: el aeropuerto de Viena (Austria), el puerto de El Pireo (Grecia) y el cruce terrestre de Moravita (Rumanía). Durante los ensayos, el sistema fue utilizado por más de diez mil viajeros y cerca de doscientos guardias de fronteras. Según Clabian: «Todos los participantes, fueran viajeros o guardias, transmitieron valoraciones constructivas acerca de la eficacia operativa, la usabilidad y la aceptación. Durante todo el proceso de desarrollo nos remitimos constantemente a esas valoraciones para asegurarnos de que las tecnologías creadas se ajustasen a las necesidades de los usuarios». Dificultades y pasos siguientes En definitiva, FASTPASS ha creado un sistema que cuenta con software y algoritmos de nueva generación que permiten cumplir los requisitos planteados: identificación biométrica en movimiento, velocidad, costes, calidad de imagen, intrusión reducida (para los viajeros) y medidas contra el fraude en los documentos de identidad. Pero el proyecto también tuvo que sortear varios escollos en su transcurso. Clabian explicó que «el clima político cambió a lo largo del proyecto a raíz de las modificaciones en el paquete de medidas sobre fronteras inteligentes de la UE, aparte de las crisis generalizadas de seguridad y por la inmigración. En consecuencia, el foco de atención pasó de la facilidad a la seguridad en sí». FASTPASS se adaptó a esos cambios manteniendo un contacto constante con los principales interesados en el sector, de manera que pudo ajustarse con rapidez a la evolución de las necesidades y circunstancias. FASTPASS acabó con éxito en marzo de 2017, pero Clabian subrayó que las tecnologías desarrolladas ayudarán a ampliar los conocimientos especializados y la competitividad de Europa en este campo desde las perspectivas técnica, práctica y económica. De ese modo, los socios del proyecto también podrán seguir aprovechando sus éxitos en el marco de nuevas convocatorias de proyectos de Horizonte 2020.

Palabras clave

FASTPASS, seguridad fronteriza, arquitectura modular, enfoque modular en dos fases, control de fronteras automatizado, biometría, seguridad de documentación

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