¿Cómo producir moscas en masa de forma correcta?
Para la mayoría de la gente, las moscas son solo una molestia. Sin duda, son los mejores recicladores de la naturaleza y juegan un papel esencial en nuestro ecosistema, pero eso no hace que las personas las toleren más. Sin embargo, existe un mercado que está empezando a considerar las moscas como el oro del futuro. Desde que el Reglamento (UE) 2017/893 entró en vigor el 1 de julio de 2017, las proteínas de insectos de siete especies diferentes —incluidas las moscas domésticas y la mosca soldado negra— se han introducido en el negocio de la acuicultura. Ahora está permitido usarlas como alimento para peces y crustáceos, con importantes beneficios para el medio ambiente. La mosca soldado negra (MSN), por ejemplo, es ampliamente reconocida como uno de los insectos con mayor potencial para el sector. Y esto solo es el principio: los servicios de la Comisión Europea están estudiando actualmente la posibilidad de autorizar la presencia de proteínas basadas en insectos en los piensos para aves de corral y otros animales. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Plataforma Internacional de Insectos para alimentos y piensos (IPIFF, por sus siglas en inglés), los insectos como fuente de proteínas contribuirán en gran medida a la seguridad alimentaria futura. Toda esta tendencia exige una cría masiva más sólida, que era precisamente el objetivo de FlyHigh (Insect-plant relationships: insights into biodiversity and new applications). El proyecto estudió especies de moscas poco exploradas junto con otras más comunes, con el fin de dilucidar las características ecológicas específicas que las harían ideales para la cría artificial controlada y la producción en masa. En uno de sus estudios, se centraron en la diversidad genética de diferentes cepas de la mosca soldado negra en todo el mundo. «Después de un estudio de muestras de diferentes cultivos comerciales y de investigación, encontramos una divergencia molecular sorprendentemente alta para el marcador de código de barras mitocondrial COI. La caracterización molecular de las MSN cultivadas reveló haplotipos distintos en comparación con las moscas obtenidas de hábitats naturales y descubrimos que los códigos de barras revelan el origen geográfico de las moscas analizadas», explica la doctora Gunilla Ståhls, investigadora de la Universidad de Helsinki. Este descubrimiento permitió la creación de una biblioteca completa de secuencias de códigos de barras de MSN vinculadas a datos geográficos, que servirá de base para los programas actuales y futuros de cría artificial, selección y producción intensiva. FlyHigh también exploró formas de mejorar los protocolos de cría controlados, incluidas la temperatura, la humedad, la dieta y la densidad óptimas para la MSN y otras especies de moscas. El equipo analizó y comparó diferentes medios de alimentación larvaria y evaluó el rendimiento de diferentes cepas de moscas en estos sustratos. «La mejora de los protocolos de cría artificial aumentó la actividad de los gusanos y permitió una producción de moscas más eficaz y sostenible», señala el doctor Santos Rojo, socio del proyecto en la Universidad de Alicante. Otra parte fundamental del proyecto consistió en describir y caracterizar las necesidades ecológicas de las moscas y su interacción con las plantas. «Descubrimos que los grupos de especies de moscas de las flores que se alimentan muy poco durante la etapa adulta pueden caracterizarse mejor biológicamente si también se estudia el estadio larvario. Recopilamos datos taxonómicos y ecológicos de especies de moscas distribuidas en los ecosistemas mediterráneos tanto de Europa como de Sudáfrica, registramos nuevas plantas hospederas como plantas bulbosas específicas (por ejemplo, lirios) o plantas suculentas de aloe para estas especies, y descubrimos que las relaciones entre insectos y plantas variaban considerablemente entre las especies estudiadas, lo que mostraba posibles patrones de coevolución entre ellas», dice el doctor Aino Juslén, coordinador de FlyHigh en nombre de la Universidad de Helsinki. Los investigadores también examinaron sistemáticamente marcadores moleculares seleccionados para evaluar la diversidad genética y los patrones filogeográficos de las moscas y sus plantas hospederas, y han documentado los resultados en múltiples publicaciones científicas. En conjunto, los resultados del proyecto ayudarán a que la cría de moscas sea más eficiente y también podrían ser de utilidad para el desarrollo de nuevas ideas para un uso futuro, reconociendo su importante papel en los ecosistemas naturales.