El papel de la racionalidad y las emociones en la toma de decisiones jurídicas
La toma de decisiones jurídicas se ha considerado tradicionalmente un proceso puramente racional, libre de influencias emocionales. La objetividad, considerada el fundamento del Estado de Derecho, suele equipararse a la mera razón. La confianza pública en el sistema judicial depende de que los órganos jurisdiccionales sean percibidos como imparciales y no sesgados, que garanticen que las decisiones sean justas.
Redefinición de la objetividad en la toma de decisiones
Sin embargo, la investigación ha demostrado que esta interpretación jurídica convencional de la objetividad como «razón pura» es errónea. Las emociones no son irrelevantes, sino que desempeñan un papel fundamental en la toma de decisiones racionales. Orientan a los profesionales a la hora de evaluar las pruebas, atribuir culpas y considerar las consecuencias de sus acciones. El proyecto JUSTEMOTIONS, financiado con fondos europeos, se creó para desentrañar cómo entran en juego las emociones en un proceso racional que antes se consideraba exclusivamente cognitivo. «Desafiamos la falsa dicotomía entre racionalidad y emoción, lo que demuestra que emociones como la curiosidad, la duda, la certeza, el orgullo profesional y el disgusto por la pérdida de tiempo son esenciales para tomar decisiones objetivas —señala la coordinadora del proyecto, Stina Bergman Blix—. Estudiando asuntos penales en diferentes sistemas jurídicos, examinamos cómo los contextos culturales moldean los componentes emocionales-cognitivos de la práctica jurídica». En JUSTEMOTIONS también se ha creado una potente metodología para analizar la toma de decisiones en la práctica real. En las conclusiones del proyecto se aclaran las tensiones entre la justicia de sentido común y la justicia legal, que a veces pueden cuestionar la legitimidad del sistema jurídico.
Cómo influyen las emociones en la toma de decisiones jurídicas en distintos sistemas jurídicos
Un logro importante ha sido la creación de un conjunto de datos sin precedentes, que combina datos de observación de vistas y deliberaciones judiciales reales con entrevistas y sentencias escritas de profesionales del Derecho. «Este método nos ha permitido comprender mejor cómo se toman las decisiones jurídicas en la práctica y así superar las limitaciones de los estudios experimentales y los simulacros de jurado», afirma Bergman Blix. La investigación puso de relieve la importancia de las «emociones epistémicas» —sentimientos como la curiosidad, la duda, el escepticismo y la certeza—, que los profesionales del Derecho reconocen abiertamente como herramientas esenciales en su trabajo. «A diferencia de emociones como la ira o la tristeza, a menudo vistas con recelo, estos “sentimientos ordenados” se consideran vitales para la toma de decisiones racionales. Esto difumina la dicotomía tradicional entre emoción y racionalidad, animando a los profesionales del Derecho a reflexionar sobre el papel que desempeñan las emociones en su práctica», añade Bergman Blix. Los investigadores también examinaron los «sentimientos desordenados», incluida la ira, que, a pesar de concebirse como irracional, puede ser utilizada sistemáticamente por los profesionales del Derecho de alto nivel para abordar problemas jurídicos. Por ejemplo, el estudio descubrió que los jueces y fiscales de los sistemas basados en la jurisprudencia, como los de Estados Unidos y Escocia, suelen incorporar evaluaciones morales en sus resoluciones. Por el contrario, los sistemas de Derecho civil, como los de Suecia e Italia, dan prioridad a los procesos correctos sobre el razonamiento moral. Otro hallazgo interesante ha sido que los jueces que comparten incertidumbres en las deliberaciones y llegan a conclusiones conjuntas expresan una sensación de independencia y certeza mayor en sus decisiones. Este proceso de colaboración refuerza su confianza al haber considerado varias perspectivas.
Revisar el papel de las emociones en la práctica jurídica
La ley suele verse como el ideal de la racionalidad, lo que refuerza la dicotomía entre racionalidad y emoción. No obstante, «en JUSTEMOTIONS se revela un gran interés entre los profesionales del Derecho por abrir la “caja negra” de la toma de decisiones. Al proporcionar herramientas para diferenciar las emociones y examinar cómo su momento afecta a su función, el equipo del proyecto abre las cuestiones planteadas por la emoción a la reflexión profesional. Además, muestra cómo pueden organizarse las deliberaciones para promover la reflexión y la regulación de las emociones, lo que fomenta la interacción entre los agentes, así como las sentencias», concluye Bergman Blix.