Transporte seguro para el almacenamiento de residuos
Organizaciones de investigación y agencias nacionales responsables de la gestión de residuos radiactivos de toda Europa se reunieron en torno a un proyecto dedicado al diseño de un depósito de estos residuos. La iniciativa, titulada «Estudios de ingeniería y demostración de diseños de depósitos» (Esdred), contó con la participación de trece socios de ocho Estados miembros de la UE más Suiza. En el proyecto se construyeron prototipos a escala industrial para demostrar que es seguro eliminar materiales radiactivos de larga vida en formaciones geológicas profundas. Los miembros del consorcio desarrollaron tecnología para el traslado controlado a distancia de bidones de residuos radiactivos y cargas pesadas para su almacenamiento bajo tierra. Una de las principales dificultades que afrontaban los científicos era conseguir que la tecnología funcionase en espacios reducidos. Los socios se dividieron en dos grupos y diseñaron, construyeron y probaron dos sistemas alternativos para el traslado y la colocación de bidones de residuos en galerías horizontales y verticales. En las pruebas se usaron dos bidones distintos que contenían material inerte y pesaban 2 y 5,2 toneladas respectivamente. Además, los científicos e ingenieros del consorcio Esdred desarrollaron un sistema para colocar en galerías horizontales bidones de residuos muy pesados, de entre 43 y 45 toneladas cada uno. Se utilizó tecnología de cojines de aire para mitigar el elevado grado de fricción que se produce al empujar cargas tan pesadas. A continuación la maquinaria se adaptó para manipular y colocar en su sitio 4 anillos de bentonita preensamblados de 17 toneladas. La bentonita, una arcilla con propiedades absorbentes formada a partir de ceniza volcánica, se coloca entre los contenedores de residuos radiactivos y la formación rocosa para que sirva como colector. El proyecto Esdred contribuyó a demostrar la viabilidad de eliminar de forma segura y a escala industrial residuos radiactivos subterráneos de larga vida. Además, demostró que las organizaciones responsables de la gestión de estos residuos pueden colaborar para solventar retos técnicos y crear nuevos sistemas y tecnologías.
