Promoción del cultivo de vegetales autóctonos
África es un continente desfavorecido a pesar de los recursos naturales que atesora y, haciendo gala de un espíritu de solidaridad mundial, Europa tiende la mano a este continente de distintas maneras. Una de ellas consiste en un proyecto que brinda apoyo a los agricultores y a la agricultura local destacando la importancia de los vegetales y las semillas autóctonas en lugar de exportar variedades exógenas. El proyecto, financiado con fondos europeos, se denomina Indigenoveg («Creación de redes para promover la producción sostenible y la comercialización de vegetales autóctonos a través de una agricultura urbana y periurbana en el África subsahariana»). Estos vegetales pueden desempeñar una función importante de cara a cubrir las necesidades alimenticias en África, impulsar la economía y proteger el medio ambiente. Los responsables del proyecto establecieron un foro en el que los socios participantes intercambiaron información y difundieron mejores prácticas a científicos, responsables políticos, consumidores y agricultores. En el taller celebrado con motivo de la clausura del proyecto en 2008 se esbozaron recomendaciones políticas dirigidas a agencias de desarrollo y entidades donantes internacionales, gobiernos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y el sector privado en general. Dichas recomendaciones se presentaron a los representantes políticos de distintos países africanos presentes en el taller y se adaptaron a cada uno de ellos en grupos de trabajo separados. Además se publicó el libro de Indigenoveg, que trata sobre variedades autóctonas de plantas y verduras como la mostaza etíope (Brassica carinata), la col africana (Cleome gynandra), la ocra o quingombo, el yute, el bledo o amaranto, la berenjena etíope (Solanum aethiopicum), etcétera. En esta publicación se repasan prácticas de cultivo, cuestiones relativas a la nutrición y los usos de los vegetales, recetas con estos y muchos otros temas. Los resultados de este proyecto podrían servir para mejorar el medio de sustento de las poblaciones locales, reducir la pobreza, capacitar a las mujeres —cuya responsabilidad en el cultivo es mayor que la de los hombres— y espolear la economía local. La aplicación de las recomendaciones surgidas del proyecto también podría generar nuevas oportunidades de promoción, comercialización y exportación así como un sistema de suministro de alimentos más sostenible en distintas partes de África. Apostar por lo autóctono es el camino hacia un futuro más próspero.