Los hidroaviones a la conquista del cielo
El proyecto Fusetra («Tráfico de hidroaviones del futuro: tecnologías del transporte para el futuro») investigó formas de mejorar el sistema de transporte basado en aeronaves anfibias e hidroaviones. Los hidroaviones se definen como aeronaves de ala fija capaces de despegar y aterrizar en el agua, mientras que las aeronaves anfibias además pueden realizar estas maniobras en pistas de aterrizaje tradicionales. El equipo al cargo identificó cuatro retos importantes que se interponen al empleo de hidroaviones. El primero de ellos tiene que ver con la capacidad de la aeronave para desenvolverse en dos ámbitos distintos (el aire y el agua) y con el hecho de que la aprobación para crear una aerolínea pasa por distintos organismos públicos responsables de la aviación, la navegación, la policía y los municipios, circunstancia que genera un proceso largo y caro para aquellas empresas que se planteen estas actividades. Otro problema reside en la falta de pilotos y examinadores cualificados, provocada por el poco tráfico de este tipo de máquinas en el continente. Así los pilotos han de contratarse fuera de la Unión Europea y precisan visados de trabajo y la convalidación de sus licencias de vuelo. Los hidroaviones actuales para el transporte de viajeros se diseñaron hace entre treinta y cuarenta años y no están a la altura de las aeronaves modernas en términos de costes, emisiones y rendimiento. El proyecto estudió formas posibles de modificar las aeronaves modernas y la idea de un nuevo avión-barco. No obstante, este tipo de dispositivo precisa infraestructuras nuevas que han de atravesar un proceso de evaluación de impacto ambiental. El aspecto más decisivo es el rendimiento económico y la apertura de nuevos mercados frente a otros medios de transporte como los transbordadores. Fusetra identificó una gran cantidad de posibles ubicaciones para puertos que podrían generar empleo y desarrollar la economía de la región en la que se emplazasen. Además se puso de manifiesto la necesidad de contar con aeronaves modernas y rentables que cumplan con la regulación medioambiental vigente y que posean una autonomía de hasta mil kilómetros, un requisito que generaría beneficios para la industria manufacturera. Las aeronaves anfibias y los hidroaviones también son adecuados para labores de extinción de incendios y vigilancia a poca altitud, pudiendo emplearse así ante diversas incidencias forestales y en la lucha contra la inmigración ilegal. Estas aeronaves también son adecuadas para trabajos de búsqueda y rescate en el mar pues son más baratas que los helicópteros y su autonomía también es mayor. El proyecto incidió de manera directa en el debate en torno a la normativa futura, al introducir mejoras en las normas europeas destinadas al uso de los hidroaviones y fomentar una cooperación más intensa entre las autoridades locales y europeas. El resultado más destacado del proyecto es la promoción de un medio de transporte seguro, eficiente y respetuoso con el medio ambiente para la población europea.