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La UE e Iberoamérica abordan la producción sostenible de biocombustibles diésel

Un equipo de investigadores financiados por la UE está resuelto a abordar el problema de la disminución de los recursos destinados a la producción de combustibles fósiles desarrollando nuevas tecnologías que permitirán producir de manera sostenible biocombustibles mezclables c...

Un equipo de investigadores financiados por la UE está resuelto a abordar el problema de la disminución de los recursos destinados a la producción de combustibles fósiles desarrollando nuevas tecnologías que permitirán producir de manera sostenible biocombustibles mezclables con diésel (diesel miscible biofuels, DMB) a partir de residuos en Europa e Iberoamérica. Los socios del proyecto se proponen aprovechar desechos a los que no haya que dedicar tierras con el fin de evitar la competencia entre producción de combustible o de alimentos. El proyecto DIBANET («Producción de biocombustibles mezclables con diésel a partir de residuos en Europa e Iberoamérica») ha recibido 3,73 millones de euros a través del tema «Energía» del Séptimo Programa Marco (7PM) de la UE. El consorcio de DIBANET, que tiene al frente a la Universidad de Limerick (Irlanda), está formado por socios de Argentina, Brasil, Chile, Dinamarca, Grecia, Hungría y Reino Unido. El socio británico, Bioenergy Research Group (BERG) de la Universidad de Aston, se ocupará de transformar residuos orgánicos de procesos de producción de biocombustibles en otro biocombustible renovable que permita acabar con la dependencia de las importaciones de gasóleo de origen fósil en las regiones implicadas. «Nos proponemos crear un biocombustible sostenible que se ajuste a la normativa industrial, que pueda mezclarse con el gasóleo fósil y que pueda emplearse en un motor diésel común», explicó el profesor Tony Bridgwater, quien coordina el proyecto en la Universidad de Aston. «Los biocombustibles de primera generación hechos a partir de productos alimentarios como azúcar, maíz o trigo tienen un rendimiento bajo y compiten con la producción tradicional de alimentos», indicó. «Este proyecto se centra en productos de segunda generación con origen en biomasa íntegra, que ofrecen un mayor rendimiento y no compiten con la producción de alimentos. Concretamente, vamos a transformar los residuos de estos procesos, lo cual aumentará el rendimiento y permitirá reducir la cantidad de desperdicios generada.» Este equipo se propone forjar una sociedad internacional compuesta por diversos expertos e investigadores que perfeccione las tecnologías actuales para la producción de biocombustibles. «Esta labor allanará el camino hacia la producción de biocombustibles a gran escala antes de 2020, de tal forma que no afecte al uso del suelo y que contribuya a solucionar los problemas que surgen de la creciente acumulación de residuos orgánicos», informó el profesor Bridgwater. Los resultados de este proyecto, que incluirán procesos mejores para el aprovechamiento de los residuos sólidos que quedan tras tratar el ácido levulínico (un compuesto orgánico importante que permite crear combustible diésel al combinarlo con etanol), contribuirán a los esfuerzos de Europa por generar y utilizar biocombustibles en el plazo de diez años. Como parte del documento «Una política energética para Europa», la Comisión Europea propuso un objetivo mínimo vinculante del 10% relativo al uso de biocombustibles antes de 2020. Además, la UE se ha propuesto reducir un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero y un aumento del 20% en la proporción que representan las energías renovables en el consumo energético antes de 2020. El proyecto DIBANET servirá para reforzar la cooperación científica entre Europa e Iberoamérica y para facilitar la transferencia de conocimientos entre ambas partes. Asimismo, se ha establecido un programa de becas para investigadores de doctorado y postdoctorado que proporcionará la oportunidad de realizar estudios sobre producción de biocombustibles.

Países

Argentina, Brasil, Chile, Dinamarca, Grecia, Hungría, Irlanda, Reino Unido

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