Los recubrimientos de origen biológico renovable proporcionan un gran rendimiento
Los recubrimientos se usan ampliamente en diversos sectores para mejorar las propiedades de los materiales, proteger las superficies y garantizar la seguridad de los consumidores. Por ejemplo, se usan para aumentar la durabilidad y la resistencia a la corrosión de los vehículos, mejorar la ignifugación de los muebles y aportar propiedades antivirales y antimicrobianas a los enseres domésticos. Teniendo en cuenta su ubicuidad, es importante que los recubrimientos se produzcan de la forma más sostenible posible, además de ser no tóxicos y reciclables. No siempre es así, ya que aún se comercializan recubrimientos de origen fósil. Además, cada vez hay más presiones normativas sobre la industria de los recubrimientos para que disminuya el contenido de compuestos orgánicos volátiles con el fin de mejorar la calidad del aire interior y exterior, pasando de los sistemas basados en disolventes a los basados en agua. Una de las principales dificultades del sector es conseguirlo sin que ello afecte al rendimiento ni ponga en peligro a los consumidores.
Recubrimientos sostenibles con propiedades definidas
El objetivo del proyecto LIGNICOAT(se abrirá en una nueva ventana) era afrontar esta situación, situando a Europa en la vanguardia de la producción de recubrimientos renovables viables desde el punto de vista técnico, económico y medioambiental. El equipo de LIGNICOAT recibió financiación de la Empresa Común para una Europa Circular de Base Biológica(se abrirá en una nueva ventana), una asociación público-privada. «Nuestro principal objetivo era desarrollar nuevos recubrimientos más sostenibles con propiedades definidas y específicas», explica el coordinador del proyecto LIGNICOAT, Aitor Barrio, de TECNALIA(se abrirá en una nueva ventana) (España). «Para ello, nos centramos en la lignina como materia prima abundante y de origen biológico para el desarrollo de resinas a base de lignina». La lignina es un polímero orgánico que, junto con la celulosa, constituye el principal componente de la madera. De hecho, después de la celulosa, es la materia orgánica más común de la Tierra. Se trataba de obtener recubrimientos con propiedades anticorrosivas, antivirales, antimicrobianas e ignífugas combinando este polímero natural con agua de distintas maneras.
Funciones para diferentes resinas
Desde el principio, el principal desafío fue encontrar formas eficaces y eficientes de modificar la lignina, con el fin de incorporar funcionalidades necesarias en diferentes resinas. Aunque desde hace tiempo se sabe que la lignina es un biomaterial renovable con mucho potencial, encontrar formas de explotarla ha resultado complicado. «Gracias al trabajo en equipo, pudimos formular distintos recubrimientos con aplicaciones específicas», afirma Barrio. «Entre ellos están los recubrimientos de biopoliuretano para la ignifugación de la madera, los recubrimientos bioalquídicos para la anticorrosión en metales y el bioepoxi para el recubrimiento de bobinas». El equipo también desarrolló bioaditivos basados en extractos de lúpulo y timol para recubrimientos antivirales y antimicrobianos usados para la protección de madera y metales. Todos los recubrimientos se validaron mediante pruebas normalizadas y se compararon con alternativas fósiles.
Solución sostenible para fabricantes de resinas y recubrimientos
El equipo del proyecto logró modificar los productos intermedios de lignina y validarlos a escala piloto. Los siguientes pasos incluyen la ampliación de los distintos procesos, la creación de la cadena de suministro y la realización de nuevas investigaciones sobre posibles aplicaciones. Barrio y su equipo también están interesados en seguir aumentando el contenido de lignina y de origen biológico(se abrirá en una nueva ventana) de los recubrimientos.