Los bienes de consumo esenciales a partir de residuos alimentarios ya son una realidad
Europa genera anualmente 88 millones de toneladas de residuos alimentarios, con un coste estimado de 143 000 millones de euros. Una parte importante procede de la agricultura, la transformación de alimentos y la venta al por menor, lo que pone de manifiesto una oportunidad perdida para el uso sostenible de los recursos. El equipo del proyecto WASTE2FUNC(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, desarrolló un modelo de biorrefinería eficiente para convertir residuos alimentarios y agrícolas en moléculas funcionales de alto valor (ácido láctico y biosurfactantes) para su uso en productos domésticos y de cuidado personal. Al sustituir las alternativas de origen fósil, con el proyecto se contribuye a la reducción de CO2 y a la valorización de los residuos.
Recogida inteligente de residuos para una transformación eficaz
Para gestionar los flujos inestables de residuos alimentarios, en el proyecto se colaboró con Ecoson Recycling, ya que también era el principal proveedor de flujos de residuos alimentarios como recolector de residuos alimentarios. En Ecoson Recycling se han desarrollado un portal web y una aplicación móvil para el registro y la recogida de residuos en Flandes. «En Ecoson Recycling se ha creado un sistema eficaz de registro y recogida de residuos orgánicos que facilita tanto el proceso de distribución como el administrativo», explica Sofie Lodens, coordinadora del proyecto WASTE2FUNC. La plataforma digital, disponible en cuatro idiomas, permite a los proveedores de residuos registrarse, programar las recogidas y hacer un seguimiento de las mismas, lo que garantiza un flujo continuo de residuos a recursos. Al principio se pensó en un modelo de intermediación entre proveedores y recolectores, pero los diferentes puntos de vista llevaron a optar por un sistema centralizado de recogida para mayor eficacia.
Alternativas sostenibles a los ingredientes petroquímicos
La tecnología para producir ácido láctico y biosurfactantes derivados de residuos alimentarios fue creada por las empresas de nueva creación TripleW y AmphiStar, respectivamente. El equipo de WASTE2FUNC confirmó que el ácido láctico y los biosurfactantes derivados de residuos alimentarios funcionan de forma idéntica a sus homólogos de origen biológico de primera generación. «Todos los usuarios finales confirmaron que el ácido láctico y los biosurfactantes basados en residuos alimentarios tienen la misma funcionalidad y, por tanto, son intercambiables en una proporción de uno a uno en sus formulaciones prototipo», afirma Lodens. Más allá del rendimiento, el análisis del ciclo de vida (ACV) reveló una reducción mínima del 20 % de CO2, lo que supera las expectativas y refuerza los argumentos a favor de los productos bioquímicos derivados de residuos.
Superar los obstáculos para la adopción a gran escala
La ampliación de la tecnología de conversión de residuos alimentarios en productos químicos presentó obstáculos técnicos y económicos; sin embargo, gracias a la planta piloto de escalado y al coordinador de Bio Base Europe Pilot Plant, se superaron los principales obstáculos tecnológicos. El mayor reto era preservar los nutrientes esenciales de los residuos alimentarios para mantener la eficacia de la fermentación. Esto se abordó optimizando la manipulación de los residuos antes de su transformación. Desde el punto de vista económico, fue difícil establecer un modelo empresarial viable para el sector primario. «Una de las conclusiones que surgieron del proyecto fue que, en este momento, no existe un modelo de negocio viable para el sector primario, y los propietarios de la tecnología están más bien pensando en los residuos alimentarios de las empresas de transformación de alimentos de cara al futuro», explica Lodens. Los obstáculos normativos también siguen siendo un reto clave. En el acto de clausura de WASTE2FUNC, los socios del proyecto y los líderes de la industria destacaron tres prioridades: un marco para el ACV más claro para realizar comparaciones justas, la armonización de los marcos reglamentarios para apoyar las alegaciones sobre productos químicos sostenibles y una actualización de la legislación REACH para integrar mejor las fórmulas biológicas.
Las plantas de demostración revelan su potencial comercial
En dos plantas de demostración en Gante y Amberes (Bélgica), creadas por Bio Base Europe Pilot Plant y TripleW respectivamente, se han producido con éxito toneladas de ácido láctico y biosurfactantes. Estas moléculas se integraron en la línea de productos «Too Good to Waste» de Ecover(se abrirá en una nueva ventana) (Demasiado bueno para desperdiciar), lo que demuestra su aplicabilidad en el mundo real. En WASTE2FUNC también se han conseguido inversiones privadas y públicas importantes, lo que acelera la ampliación de la tecnología en empresas como TripleW y AmphiStar.
Aumentar la bioeconomía europea
El siguiente paso es ampliar la capacidad de producción. «TripleW construirá su planta comercial de referencia en el marco del proyecto CIRCLE Flagship, que arrancó en el cuarto trimestre de 2024, y su equipo también crecerá. AmphiStar construirá su planta de demostración en parte a través del proyecto SURFs UP de CBE-JU, que estará operativo entre el cuarto trimestre de 2027 y el primero de 2028», explica Lodens. Ambas empresas aspiran a reproducir estas instalaciones en toda Europa, lo que refuerza el papel de los bioproductos químicos en una economía circular e impulsa la creación de nuevos puestos de trabajo de alta tecnología. Al transformar los residuos alimentarios en productos bioquímicos sostenibles, en WASTE2FUNC se sientan las bases de una Europa más limpia y eficiente en el uso de los recursos.