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Una forma adaptada de determinar la aptitud para conducir

Los investigadores utilizan el aprendizaje automático para determinar cuándo un conductor profesional no está en condiciones de conducir.

Las carreteras europeas pueden ser peligrosas. Según las estadísticas, en 2024 murieron 19 800 personas en accidentes de tráfico en la Unión Europea (UE), y muchas otras resultaron gravemente heridas. A pesar de que las nuevas tecnologías han conseguido que los vehículos sean cada vez más seguros de conducir, en última instancia, la seguridad de un coche depende de su conductor. «Conducir un coche es una tarea compleja y dinámica, y hay muchas condiciones que pueden afectar temporalmente a la capacidad de conducir con seguridad», afirma Marteyn van Gasteren, responsable de investigación y desarrollo de proyectos internacionales en el ITCL Centro Tecnológico(se abrirá en una nueva ventana). Uno de esos factores es la fatiga. De hecho, casi la mitad de los conductores de larga distancia declaran que en algún momento han estado a punto de dormirse al volante. Para mitigar este riesgo, la UE obliga ahora a que todos los vehículos nuevos estén equipados con sistemas de alerta de somnolencia y atención del conductor. «El problema es que muchos de estos sistemas no tienen en cuenta las importantes diferencias en los estilos de conducción», explica Van Gasteren. «También carecen de un criterio común sobre qué constituye somnolencia o fatiga o cómo debe medirse». Entre en FITDRIVE(se abrirá en una nueva ventana). Coordinado por el ITCL, el proyecto financiado con fondos europeos desarrolla una solución innovadora para evaluar la aptitud para conducir.

Mitigar los riesgos del conductor y no los estilos de conducción

Según Van Gasteren, la clave para determinar la aptitud para conducir es minimizar los riesgos de seguridad vial relacionados con la conducción, respetando al mismo tiempo el estilo de vida del conductor profesional y su independencia de movilidad relacionada con el empleo. Para lograr este equilibrio, el proyecto empezó creando perfiles específicos para cada conductor. «FITDRIVE utiliza técnicas de aprendizaje automático para analizar el comportamiento de un conductor a lo largo de miles de kilómetros recorridos», señala Van Gasteren. A partir de los datos recogidos, la solución FITDRIVE elabora un perfil de lo que constituye un comportamiento «habitual» para ese conductor concreto. Una vez definido el perfil, la inteligencia artificial (IA) puede detectar comportamientos de conducción «inusuales» y asociarlos a causas probables como la fatiga, el consumo de drogas u otros trastornos cognitivos. Los niveles de aptitud para la conducción pueden enviarse a las autoridades viales, que pueden usar estos datos para determinar qué vehículos deben detenerse, lo cual aumenta la eficacia de los controles en carretera y reduce los tiempos de parada de las empresas de transporte. «Al adaptar la detección a un conductor concreto, también podemos adaptar nuestra respuesta, garantizando así que mitigamos los riesgos reales y no los estilos de conducción», añade Van Gasteren.

Hacia un balance casi nulo de muertos y heridos

El proyecto no solo desarrolló un sistema de aptitud para conducir, sino que demostró que funciona. Con solo 30 días de aprendizaje no supervisado de IA en furgonetas y camiones piloto, el sistema de FITDRIVE detectó los estados del conductor con una precisión del 84 %. Además, el proyecto fue capaz de correlacionar esos datos del vehículo con los datos biofísicos del conductor, lo cual permitió medir su estado sin necesidad de sensores invasivos como cámaras o dispositivos corporales portátiles. Los datos del piloto ya están almacenados en Zenodo(se abrirá en una nueva ventana) y pronto serán de libre acceso, lo cual ayudará a la industria automovilística a integrar el concepto FITDRIVE en sus propios sistemas avanzados de asistencia al conductor. El proyecto ha presentado al Parlamento Europeo sus conclusiones sobre la fatiga del conductor, contribuyendo a que la aptitud para conducir sea un elemento clave de las nuevas normas de la UE sobre permisos de conducción. «Estoy seguro de que la solución FITDRIVE desempeñará un papel clave en la consecución del objetivo de la UE de lograr prácticamente cero muertes y heridos en las carreteras para 2050», concluye Van Gasteren.

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