La crioconservación plantea cuestiones vitales sobre la vida y la muerte
Todos hemos oído los rumores. Que en algún lugar, tal vez bajo el mismísimo «Magic Kingdom», se encuentra la cabeza congelada de Walt Disney, esperando pacientemente el día en que los científicos sean capaces de devolverle a la vida. Aunque esta afirmación es manifiestamente falsa, este tipo de rumores tienden a acaparar toda la atención, congelando cualquier conversación seria sobre la ciencia de la crioconservación, el proceso de conservación de materiales biológicos mediante su congelación a temperaturas extremadamente bajas. El equipo del proyecto CRYOSOCIETIES(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, pretende cambiar esta situación estudiando cómo esta dimensión especulativa influye en la práctica de la crioconservación. «Investigamos las dimensiones sociales de la recogida, el almacenamiento y el uso de material orgánico humano y no humano mediante tecnologías de ultracongelación y qué implicaciones tiene esto en nuestra forma de entender el tiempo y el concepto de vida», explica Thomas Lemke(se abrirá en una nueva ventana), un catedrático de Sociología en la Universidad Goethe de Fráncfort(se abrirá en una nueva ventana) e investigador principal del proyecto. El proyecto fue financiado por el Consejo Europeo de Investigación(se abrirá en una nueva ventana) (CEI).
Aplazar los procesos de toma de decisiones
Utilizando diversas metodologías de investigación cualitativa, el equipo del proyecto profundizó en los distintos campos empíricos y lugares de crioconservación repartidos por toda Europa. Lo que descubrieron es que la mayoría de las prácticas de crioconservación amplían los horizontes temporales, lo que significa que se anticipan a preocupaciones futuras. «Nuestra investigación demuestra que las crioprácticas suelen formar parte de una "política de suspensión" específica que pretende aplazar el proceso de toma de decisiones, ya sea la decisión de tener hijos o la de resucitar especies extinguidas, hasta una fecha futura», afirma Lemke. Pero no todo lo relacionado con las crioprácticas puede posponerse. «La crioconservación también suscita preocupaciones inmediatas sobre la privacidad, la protección de datos, el posible uso indebido y la perspectiva de patentes y comercialización», añade Lemke.
Un nuevo vocabulario sobre las prácticas de crioconservación
Basándose en su amplia investigación empírica, el equipo del proyecto desarrolló un nuevo vocabulario conceptual que aborda mejor las cuestiones críticas en torno a las prácticas de crioconservación. Por ejemplo, propone el término «vida suspendida» o «limbiosis» como una nueva forma de existencia, que se sitúa en algún lugar entre la vida y la muerte. Esta innovación conceptual contribuye a cuestionar las nociones predominantes de «vida latente» o «criptobiosis». «Las palabras importan, y al captar mejor la liminalidad de un estado biológico más allá de las concepciones convencionales de una vida oculta o escondida, creemos que estos términos enriquecen el discurso científico-social sobre la crioconservación, pero también la investigación biológica», señala Lemke.
Reorientar el debate sobre la crioconservación
Aún está por verse si las criotecnologías permitirán que la muerte ya no signifique renunciar a la vida. Pero gracias al trabajo realizado por el equipo del proyecto CRYOSOCIETIES, podemos empezar a mantener conversaciones serias sobre la ciencia de la crioconservación y lo que podría significar para la sociedad. «En el proyecto se ha proporcionado la primera descripción sistemática y exhaustiva de las prácticas contemporáneas de crioconservación desde una perspectiva científica y tecnológica», concluye Lemke. «Al hacerlo, hemos reorientado el debate científico en curso y el discurso público en torno al tema». El proyecto también ha inspirado otras investigaciones, como el proyecto CultCryo, financiado por el CEI. Lemke y su equipo han publicado recientemente el primer volumen editado sobre estudios críticos de la temperatura y siguen compartiendo su trabajo con un público no académico a través de conferencias, debates, seminarios y medios de comunicación en línea.