Ayudar a los supervivientes de cáncer a no padecer insuficiencia cardíaca
En un ensayo clínico de fase II en seis países europeos se está probando una sencilla intervención denominada acondicionamiento isquémico a distancia (CIR) para ver si puede ayudar a los pacientes con cáncer tratados con fármacos quimioterápicos comunes a prevenir la insuficiencia cardíaca. El ensayo forma parte del proyecto RESILIENCE(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, puesto en marcha en 2021 para reducir la incidencia de la insuficiencia cardíaca en los supervivientes de cáncer. En el ensayo clínico aleatorizado y doble ciego ya se ha reclutado a más de 350 personas, y se espera que en total participen 608 pacientes de 22 hospitales de Dinamarca, Alemania, España, Francia, Países Bajos y Portugal. Los pacientes que participan en el ensayo reciben tratamiento para el linfoma mediante una clase común de fármacos quimioterápicos denominados antraciclinas. Como se explica en un artículo(se abrirá en una nueva ventana) publicado en «European Journal of Heart Failure» en el que se describe el estudio, las antraciclinas —solas o en combinación— son el tratamiento más utilizado y aceptado para muchos tipos de cáncer. Cada año se administran a más de tres millones de ciudadanos europeos para tratar un primer cáncer. Sin embargo, las antraciclinas también pueden provocar daños irreversibles en el músculo cardíaco, lo que conduce a una insuficiencia cardíaca crónica. Más del 5 % de los supervivientes de cáncer padecen insuficiencia cardíaca crónica causada por daños cardíacos relacionados con las antraciclinas, lo que refleja la acuciante necesidad de tratamientos capaces de prevenirla.
Solo hace falta una vez a la semana
«Para muchos pacientes, la disyuntiva entre el cáncer y el posible daño cardíaco puede ser terriblemente estresante —observa Borja Ibáñez, coordinador del proyecto RESILIENCE en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de España, en una nota de prensa(se abrirá en una nueva ventana) publicada por la Sociedad Europea de Cardiología—. Este ensayo está probando una intervención sencilla, que los pacientes pueden hacer ellos mismos en su propia casa una vez a la semana durante el tratamiento del cáncer, para intentar reducir su riesgo de daño cardíaco». El profesor continúa explicando que, si es satisfactorio, el ensayo allanará el camino para un ensayo clínico de fase III aún mayor. El CIR, que se describe como «similar a la tensión aplicada al brazo durante una lectura de la tensión arterial», se considera una intervención sencilla, segura, barata y eficaz. Consiste en restringir de forma controlada el flujo sanguíneo (isquemia) y restablecerlo (reperfusión) en una extremidad del paciente. «Es la primera vez que se ofrece a los pacientes con cáncer una intervención durante su tratamiento que podría reducir sus probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca a largo plazo», afirma Ibáñez, quien subraya que la intervención no es invasiva y no tiene efectos secundarios conocidos. «Este ensayo ha supuesto una colaboración verdaderamente notable entre hospitales, centros de investigación, socios industriales y clínicos de seis países, junto con el papel fundamental desempeñado por la Sociedad Europea de Cardiología. La envergadura de esta colaboración lo convierte en un estudio único e histórico en cardiooncología». El equipo del proyecto RESILIENCE (Remote Ischemic Conditioning in Lymphoma Patients Receiving Anthracyclines.) también tiene previsto investigar las diferencias de género en el daño cardíaco relacionado con el tratamiento contra el cáncer y la respuesta a la intervención. Además, pondrá a prueba un protocolo nuevo de exploración por resonancia magnética que podría detectar daños en el corazón de pacientes con cáncer antes de lo que permiten las normas actuales. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto RESILIENCE(se abrirá en una nueva ventana)