Contrarrestar la imagen negativa que se tiene a menudo de los solicitantes de asilo en Europa
Analizar el funcionamiento de los sistemas de asilo y acogida sobre el terreno podría ayudar a mejorar las políticas actuales, las cuales han demostrado ser discriminatorias y contraproducentes. Este análisis también podría contribuir a contrarrestar la narrativa predominante que presenta a los solicitantes de asilo y a los migrantes en situación irregular como una amenaza para las sociedades de acogida.
Cómo la frontera continúa afectando a los migrantes tras su paso
Las fronteras son sistemas complejos que se proyectan hacia el exterior, un proceso denominado «externalización fronteriza», donde lo militar y lo humanitario están profundamente interrelacionados. También se expanden hacia el interior del territorio nacional, un fenómeno denominado «internalización fronteriza», que hasta ahora ha recibido muy poca atención. En el proyecto BECAMP(se abrirá en una nueva ventana), financiado por las acciones Marie Skłodowska-Curie, se abordó esta brecha del conocimiento sobre la internalización fronteriza. Para ello, se consideró el sistema de acogida para los solicitantes de asilo como uno de los principales mecanismos de este fenómeno. El equipo de BECAMP se centró en dos países de primera entrada: Italia y España.
Capitalización de la experiencia personal
El trabajo se basó en gran medida en la experiencia directa de Caterina Borelli(se abrirá en una nueva ventana), antropóloga de la Universidad Ca' Foscari de Venecia(se abrirá en una nueva ventana) e investigadora principal del proyecto, que trabajó como coordinadora y voluntaria en un centro de acogida. Borelli llevó a cabo una investigación en profundidad en un centro de acogida de solicitantes de asilo en una pequeña ciudad de provincia del noreste de Italia. Además, colaboró como voluntaria en una organización que gestionaba un centro de acogida, donde antes había desempeñado funciones de coordinación. Para obtener una perspectiva comparativa, el trabajo de campo continuó en nueve organizaciones locales que gestionaban programas de acogida para solicitantes de asilo en Barcelona. Borelli entrevistó a varios empleados y trabajó como voluntaria en una de estas organizaciones. Todo ello dio lugar a un relato pormenorizado sobre la vida en los sistemas de acogida de Italia y España. «La investigación ayudó a revelar la naturaleza fronteriza de los programas de acogida al adoptar una perspectiva crítica sobre el régimen estatal de acogida, entendido no como un gesto benévolo hacia personas en situación de vulnerabilidad, sino como una relación de poder asimétrica destinada a mantener alejados a quienes no son deseados», explica Borelli.
Contrarrestar la narrativa negativa y profundamente arraigada sobre los solicitantes de asilo
Una amplia variedad de publicaciones(se abrirá en una nueva ventana), como artículos con revisión por pares, capítulos de libros, publicaciones de blogs y un próximo álbum ilustrado, así como seminarios, charlas y presentaciones en simposios y congresos internacionales, contribuyeron a dar a conocer los resultados del proyecto. Los resultados llegaron a un público más amplio a través de la organización de actividades con niños (un juego de mesa sobre la migración), el uso de métodos visuales (talleres de fotografía) y el lanzamiento de una serie de pódcast con Radio Ca' Foscari. «Espero que BECAMP contribuya a concienciar sobre la situación de los solicitantes de asilo en Europa, que aguardan la resolución de su petición de condición de refugiado, ya que aún no tienen los derechos de los refugiados reconocidos», comenta Borelli. «Esta condición jurídica precaria se percibe a menudo como algo que no les permite obtener los beneficios que se les conceden, por lo que la sensibilización favorecerá una sociedad más justa y orientada a los derechos». «Creo que el principal valor añadido de BECAMP radica en su enfoque crítico sobre el régimen estatal de acogida, que comúnmente se percibe como un regalo desinteresado, y no merecido, que los países europeos ofrecen a un determinado grupo de personas, a menudo acusadas de aprovecharse y explotar dicha generosidad», concluye Borelli. «En realidad, el régimen de acogida y protección internacional, al establecer los derechos y deberes de las personas acogidas y los Estados receptores, funciona como un mecanismo de cuidado y control que coloca a los primeros en un estado de perpetua deuda moral y subordinación».