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On-the-go charging system for heavy electric vehicles in ports and other closed loop applications

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Repensar los vehículos eléctricos con recarga sobre la marcha

La implementación exitosa de una infraestructura innovadora de carga de vehículos eléctricos en los puertos podría crear oportunidades para otros usuarios finales.

La implantación de vehículos eléctricos es fundamental para lograr un transporte con cero emisiones. Sin embargo, el coste, el peso y la autonomía limitada de las baterías, junto con la necesidad de infraestructura de recarga, han limitado en cierta medida su adopción generalizada. Ello ha llevado a repensar cómo se podría electrificar el transporte. Por ejemplo, Dan Zethraeus, el fundador de la empresa sueca Elonroad(se abrirá en una nueva ventana), se inspiró hace más de una década en sus hijos que jugaban con coches de carreras de juguete, impulsados por una corriente de bajo voltaje que circulaba por una pista ranurada. Ello le dio la idea de desarrollar una tecnología que pudiera impulsar automóviles eléctricos de tamaño completo mientras viajan por la carretera, permitiendo una autonomía infinita y reduciendo la necesidad de baterías grandes.

Repensar la electrificación del transporte

«Así es como empezamos», afirma Karin Ebbinghaus, directora general, cofundadora de la empresa y coordinadora del proyecto que también se llama Elonroad y está financiado con fondos europeos. «Nuestro concepto era integrar la infraestructura de recarga directamente en las calzadas, que se activaría solo cuando un vehículo pasara directamente por encima». El sistema funciona del siguiente modo. Se instala un riel en la carretera y se conecta a una fuente de energía. Los sensores detectan cuando se acerca un vehículo y se envía una señal cifrada para «activar» segmentos de la carretera solo cuando un vehículo pasa. Ello significa que los automóviles activan la carga a cualquier velocidad a la que vayan y los peatones pueden caminar con seguridad delante o detrás de un vehículo que se está cargando. Se han desarrollado prototipos y se han probado rigurosamente para garantizar su resistencia a la intemperie, durabilidad y seguridad. «Nos replanteamos la electrificación del transporte», añade Ebbinghaus. «El planteamiento de la industria para la transición a los vehículos eléctricos ha sido sustituir los depósitos de gasolina por baterías. Nuestra visión es hacer las cosas de forma más eficiente y llevar la energía allí donde están los vehículos».

Descarbonización de las operaciones portuarias

El objetivo del proyecto Elonroad, financiado con fondos europeos, era aplicar este concepto a un caso de uso viable. Ello ayudaría al equipo a perfeccionar aún más la tecnología y demostrar la viabilidad del concepto a los socios de la industria. Los puertos fueron seleccionados como la ubicación ideal. «Se trata de áreas confinadas en las que hay muchos vehículos realizando patrones de transporte repetitivos», explica Ebbinghaus. «Alrededor del 30 % de las emisiones de CO de las operaciones marítimas proceden de tierra —la manipulación de mercancías desde los buques, por ejemplo—, por lo que reducir las emisiones del transporte en este ámbito puede tener un impacto significativo». El equipo del proyecto trabajó con el Puerto de Oslo(se abrirá en una nueva ventana) así como con el Puerto de Long Beach(se abrirá en una nueva ventana) en California. Se instaló infraestructura de carga de vehículos y se evaluaron medios para optimizar la eficiencia energética.

Autoridad portuaria y apoyo a fabricantes de automóviles

Esos casos de prueba demostraron que la infraestructura de carga continua en la carretera puede ayudar a descarbonizar las operaciones portuarias, a la vez que se logran eficiencias de costes. Por ejemplo, normalmente habría que reservar plazas de aparcamiento para recargar los vehículos eléctricos, que estarían fuera de servicio mientras se recargan. En cambio, la carga continua significa que los vehículos pueden desplegarse siempre que sean necesarios y se puede liberar valioso espacio portuario para otras operaciones. «Hemos demostrado que este concepto presenta un buen argumento comercial, y también un buen argumento climático», señala Ebbinghaus. «La electrificación de los vehículos también reduce el ruido y mejora la calidad del aire». Se han fortalecido las relaciones con las autoridades portuarias y los fabricantes de automóviles, lo que Ebbinghaus considera fundamental para el objetivo a largo plazo de establecer la tecnología como estándar de la industria. «Debemos empezar con los primeros usuarios antes de pasar al mercado de masas», añade. «Hemos demostrado que el concepto funciona en los puertos, y ahora podemos pensar en ampliarlo al conjunto de la sociedad».

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