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RETOS DE LA SOCIEDAD - Salud, cambio demográfico y bienestar

 

RETOS DE LA SOCIEDAD - Salud, cambio demográfico y bienestar


Objetivo específico


El objetivo específico es mejorar la salud a lo largo de la vida y el bienestar de todos.
La salud a lo largo de la vida y el bienestar de todos -menores, adultos y personas mayores-, unos sistemas sanitarios y asistenciales de alta calidad, económicamente sostenibles e innovadores, como parte de los sistemas de bienestar, y oportunidades para generar nuevos puestos de trabajo y crecimiento, son los objetivos para apoyar la investigación e innovación como respuesta a este reto, efectuando así una importante contribución a la estrategia Europa 2020.
El coste de los sistemas sanitario y de asistencia social de la Unión se está incrementando, ya que las medidas de atención y prevención para todas las edades son cada vez más caras y se espera que el número de europeos mayores de 65 años casi se duplique, pasando de 85 millones en 2008 a 151 millones para 2060, y que el de mayores de 80 pase de 22 a 61 millones en el mismo período. Reducir o contener estos costes de manera que no se hagan insostenibles depende, en parte, de mejorar la salud a lo largo de la vida y el bienestar de todos y, por lo tanto, de la eficacia de la prevención, el tratamiento y la gestión de la enfermedad y la discapacidad.
Las dolencias y enfermedades crónicas son las principales causas de discapacidad, mala salud, abandono del trabajo por motivos de salud y muerte prematura, y suponen considerables costes sociales y económicos.
En la Unión, las enfermedades cardiovasculares son responsables de más de 2 millones de fallecimientos al año y cuestan a la economía más de 192 000 millones de euros, en tanto que el cáncer ocasiona una cuarta parte de las defunciones y es la primera causa de muerte en las personas de 45 a 64 años. Más de 27 millones de personas padecen diabetes en la Unión y más de 120 millones, enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas. Las enfermedades raras, que afectan a unos 30 millones de personas en toda Europa, siguen representando un gran reto. El coste total de los trastornos cerebrales (incluidos los que afectan a la depresión, pero no solo estos) se ha estimado en 800 000 millones EUR. Se calcula que solo la depresión afecta a 165 millones de personas en la Unión, con un coste de 118 millones EUR. Esta cifra seguirá aumentando de manera espectacular, en gran medida como resultado del envejecimiento de la población europea y del consiguiente incremento de las enfermedades neurodegenerativas. Los factores ambientales, profesionales y relacionados con el estilo de vida inciden en varias de estas enfermedades, estimándose que guarda relación con ellos hasta un tercio de la carga global de las enfermedades.
Las enfermedades infecciosas, como el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria, son motivo de preocupación en todo el mundo, representando el 41 % de los 1 500 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad en todo el mundo, un 8 % de los cuales corresponde a Europa. Las enfermedades relacionadas con la pobreza y las desatendidas son también una preocupación mundial. También hay que prepararse para las nuevas epidemias, las enfermedades infecciosas reemergentes (incluidas las enfermedades relacionadas con el agua) y la amenaza de la creciente resistencia a los antimicrobianos. También debe considerarse el aumento del riesgo de enfermedades de transmisión animal.
Entretanto, los procesos de desarrollo de medicamentos y vacunas cada vez resultan más costosos y menos eficaces. Los esfuerzos por aumentar el rendimiento en el desarrollo de medicamentos y vacunas incluyen métodos alternativos para sustituir los clásicos ensayos de seguridad y eficacia. Es preciso hacer frente a la persistencia de las desigualdades ante la salud y a las necesidades de grupos específicos de población (por ejemplo, los que sufren enfermedades raras), y garantizar a todos los europeos, independientemente de su edad o procedencia social, el acceso a unos sistemas sanitarios eficaces y competentes.
Otros factores como la nutrición, la actividad física, la riqueza, la inclusión social, la participación cívica, el capital social y el trabajo afectan también a la salud y el bienestar y es preciso adoptar un planteamiento holístico.
Debido al aumento de la esperanza de vida, la edad y la estructura de la población europea van a cambiar. Por tanto, la investigación que promueve la salud a lo largo de la vida, el envejecimiento activo y el bienestar para todos será fundamental para el éxito de la adaptación de las sociedades al cambio demográfico.

Justificación y valor añadido de la Unión


La enfermedad y la discapacidad no se detienen en las fronteras nacionales. Una adecuada respuesta de investigación, el esfuerzo en materia de desarrollo e innovación a nivel europeo en cooperación con terceros países y la participación de todas las partes interesadas, incluidos los pacientes y los usuarios finales, puede suponer una contribución crucial para abordar dichos retos mundiales, trabajar así en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas, ofreciendo una mejor salud y bienestar para todos y situar a Europa a la cabeza de los mercados mundiales de las innovaciones en materia de salud y bienestar, en rápida expansión.
La respuesta depende de la excelencia en la investigación para mejorar nuestra comprensión fundamental de los elementos determinantes de la salud, la enfermedad, la discapacidad, las condiciones saludables de trabajo, el desarrollo y el envejecimiento (incluida la esperanza de vida), y de la plasmación generalizada y sin discontinuidades de los conocimientos resultantes y existentes en productos, estrategias, intervenciones y servicios innovadores modulables, eficaces accesibles y seguros. Además, la pertinencia de estos retos en toda Europa y, en muchos casos, a escala mundial, exige una respuesta caracterizada por un apoyo a largo plazo y coordinado a la cooperación entre equipos excelentes, multidisciplinarios y multisectoriales. Es necesario asimismo hacer frente al reto desde la perspectiva de las ciencias sociales y económicas y las humanidades.
Análogamente, la complejidad del reto y la interdependencia de sus componentes exigen una respuesta a nivel europeo. Muchos planteamientos, instrumentos y tecnologías pueden aplicarse en buen número de ámbitos de investigación e innovación correspondientes este reto y es preferible apoyarlos a nivel de la Unión. Entre ellos figuran la comprensión de la base molecular de la enfermedad, la determinación de estrategias terapéuticas innovadoras y de sistemas de modelos novedosos, la aplicación pluridisciplinar del conocimiento en física, química y biología de sistemas, el desarrollo de cohortes a largo plazo y la realización de ensayos clínicos (centrados en la evolución y los efectos de los medicamentos en todos los grupos de edad), el uso clínico de las «-ómicas», o el desarrollo de las TIC y sus aplicaciones en la práctica de la asistencia sanitaria, especialmente la sanidad electrónica. Los requisitos de poblaciones específicas también se abordan mejor de forma integrada, por ejemplo, en el desarrollo de la medicina estratificada y/o personalizada, en el tratamiento de las enfermedades raras y en la oferta de soluciones para la vida autónoma y asistida.
Para maximizar el impacto de las acciones a nivel de la Unión, es preciso prestar apoyo a toda la gama de actividades de investigación, de desarrollo y de innovación. Desde la investigación básica, a través de la traducción del conocimiento fundamental sobre la enfermedad a nuevas terapias, a grandes ensayos y acciones piloto y de demostración, movilizando la inversión privada. Dichas actividades incluirán también la contratación pública y precomercial de nuevos productos, servicios, soluciones modulables, que cuando proceda sean interoperables, apoyadas por normas definidas y/o directrices comunes. Dicho esfuerzo europeo coordinado aumentará las capacidades científicas y humanas en el ámbito de la investigación sobre la salud y contribuirá al desarrollo en curso del EEI. Asimismo, se vinculará, cuando y como proceda, con las actividades realizadas en el contexto del Programa "Salud para el crecimiento", las Iniciativas de Programación Conjunta, en especial las iniciativas "Investigación de enfermedades neurodegenerativas", "Una dieta sana para una vida sana" "Resistencia antimicrobiana" y "Una vida más larga y mejor", y de la Cooperación de Innovación Europea sobre envejecimiento activo y saludable.
El Panel Científico para la Salud será una plataforma dirigida por partes interesadas que elaborará aportaciones científicas relativas en relación con los retos de la sociedad. Proporcionará un análisis coherente y científico centrado en los obstáculos a la investigación y la innovación, así como en las oportunidades relativas a dichos retos de la sociedad, contribuirá a la determinación de sus prioridades en materia de innovación y fomentará la participación científica a escala de la UE en el proceso. Mediante una cooperación activa con las partes interesadas, ayudará a consolidar capacidades y fomentar la puesta en común del conocimiento y una mayor colaboración a través de la Unión en este ámbito.

Líneas generales de las actividades


Una promoción eficaz de la salud, apoyada por una base factual sólida, previene la enfermedad, contribuye al bienestar y es rentable desde el punto de vista de los costes. La promoción de la salud, el envejecimiento activo, el bienestar y la prevención de las enfermedades también dependen de la comprensión de los factores determinantes de la salud, de unas herramientas preventivas eficaces, de una vigilancia eficaz de la salud y la enfermedad y de la preparación ante esta, y de unos programas de detección eficaces. Una promoción eficaz de la salud se ve asimismo favorecida por una mejor información a los ciudadanos, lo que fomenta la adopción de decisiones responsables en materia de salud.
El éxito de los esfuerzos por prevenir, detectar de manera precoz, gestionar, tratar y curar la enfermedad, la discapacidad, la vulnerabilidad y la funcionalidad reducida se fundamenta en una comprensión básica de sus causas y factores determinantes, procesos y repercusiones, así como de los factores que subyacen a la buena salud y el bienestar. Una mejor comprensión de la salud y de la enfermedad requerirá una vinculación estrecha entre la investigación básica, clínica, epidemiológica y socioeconómica. También resultan esenciales el eficaz intercambio de datos, su tratamiento normalizado y la vinculación de estos datos a estudios de cohortes a gran escala, al igual que el traslado de los resultados de la investigación a la práctica clínica, también mediante la realización de ensayos clínicos, que habrán de tomar en consideración todos los grupos de edad para garantizar un uso adaptado de los medicamentos.
La reaparición de antiguas enfermedades infecciosas, incluida la tuberculosis así como la mayor incidencia de enfermedades evitables con una vacuna ilustran la necesidad de un planteamiento mundial frente a las enfermedades asociadas a la pobreza y desatendidas. De la misma forma, el creciente problema de la resistencia antibacteriana exige un planteamiento también mundial.
Deberá impulsarse una medicina personalizada con el fin de ajustar los planteamientos terapéuticos y preventivos a las necesidades de los pacientes, que además deberá estar respaldada por la detección precoz de la enfermedad. Para la sociedad constituye un reto afrontar las nuevas exigencias a los sectores sanitario y asistencial derivadas del envejecimiento de la población. Si han de mantenerse una sanidad y asistencia eficaces para todas las edades, es preciso mejorar el proceso decisorio en materia de prevención y dispensación del tratamiento, definir y respaldar la difusión de prácticas idóneas en los sectores sanitario y asistencial e impulsar la asistencia integrada. Una mejor comprensión de los procesos de envejecimiento y la prevención de las enfermedades asociadas al mismo constituyen la base para mantener sanos y activos a los ciudadanos europeos a lo largo de toda su vida. Es igualmente importante una adopción amplia de las innovaciones tecnológicas, organizativas y sociales que permitan a las personas de edad avanzada en particular, a las personas con enfermedades crónicas así como a las personas con discapacidad, permanecer activas, productivas y autónomas. De este modo se contribuirá a incrementar y prolongar su bienestar físico, social y mental.
Todas estas actividades se realizarán de tal manera que se preste apoyo a todo el ciclo de la investigación y la innovación, reforzando la competitividad de las industrias establecidas en Europa y el desarrollo de nuevas oportunidades de mercado. Se hará asimismo hincapié en la participación de todas las partes interesadas del sector sanitario -incluidos los pacientes, las organizaciones de pacientes y los proveedores de atención sanitaria- con el fin de establecer un plan de investigación e innovación que asocie activamente a los ciudadanos y refleje sus necesidades y expectativas.
Las actividades específicas incluirán: comprensión de los factores determinantes de la salud (incluidos los relacionados con la nutrición, la actividad física, el género, el medio ambiente, el nivel socioeconómico, el trabajo y el clima), mejora de la promoción de la salud y prevención de la enfermedad; comprensión de la enfermedad y mejora del diagnóstico y del pronóstico; desarrollo de programas de prevención y detección eficaces y mejora de la evaluación de la propensión a las enfermedades; mejorar la vigilancia de enfermedades infecciosas y la capacidad para combatir las epidemias y las enfermedades emergentes; desarrollo de nuevas y mejores vacunas preventivas y terapéuticas y medicamentos; uso de la medicina informática para mejorar la predicción y la gestión de enfermedades; el desarrollo de la medicina regenerativa, los tratamientos adaptados y el tratamiento de la enfermedad, inclusive de la medicina paliativa; transferencia de conocimientos a la práctica clínica y acciones de innovación modulables; mejorar la información sanitaria y mejor recopilación y uso de los datos sanitarios, administrativos y de cohortes; técnicas normalizadas de análisis de datos; envejecimiento activo, vida autónoma y asistida; sensibilización de los individuos y capacitación de las personas para la autogestión de su salud; promoción de la asistencia integrada, incluidos los aspectos psicosociales; mejora de instrumentos y métodos científicos al servicio de la formulación de políticas y las necesidades normativas; y optimización de la eficiencia y la eficacia de los sistemas de asistencia sanitaria; y reducción de las disparidades y desigualdades en materia de salud a través de la toma de decisiones basada en los datos y la divulgación de las mejores prácticas, y tecnologías y planteamientos innovadores. Debe fomentarse la participación activa de los proveedores de atención sanitaria para asegurar una rápida asimilación y aplicación de los resultados.