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SOcietal Needs aNalysis and Emerging Technologies in the public Sector

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Convertir el sector público en líder tecnológico

En el marco de un proyecto financiado con fondos europeos se está mostrando de qué manera el sector público puede hacer uso de tecnologías nuevas para poner en marcha servicios nuevos e innovadores o prestar los que ya presta, pero mejor, para atender las necesidades de la sociedad.

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Si uno piensa en el sector público, es posible que las nociones de innovación y tecnología no sean las primeras que vienen a la cabeza. Sin embargo, un equipo de investigadores dotados con fondos europeos se propuso transformar el sector público para que pase de estar rezagado en lo tecnológico a ser uno de los motores en el uso de las tecnologías y, así, satisfacer las necesidades de los ciudadanos. Entre los frutos del proyecto SONNETS figura una lista de veintitrés tecnologías que podrían tener una amplia repercusión en el sector público. Sin embargo, este proyecto no trata de tecnología, sino de crear un vínculo entre la tecnología y la mejora de la vida de las personas, según afirmó uno de los especialistas del proyecto, Yannis Charalabidis, profesor asociado de Administración Electrónica en la Universidad de El Egeo (Grecia). Para empezar, SONNETS trabajó con individuos, empresas y funcionarios de los Gobiernos de Alemania, Grecia, Italia y España para definir sus necesidades con respecto al sector público. De entre ellas, se seleccionaron las doce más importantes. Tecnologías rompedoras Otro fruto del proyecto fue un marco metodológico dividido en siete pasos que cuenta con plantillas para evaluar la viabilidad y los impactos y, de esa manera, orientar la selección de tecnologías. También incluye un análisis de las tendencias en cuanto a veintitrés tecnologías emergentes que actualmente están revolucionando el sector privado. «En relación con cada una, se necesitaría una decena de estudiantes de doctorado para determinar sus aspectos relevantes y usos adicionales», aseguró Charalabidis. «Si se compara el sector público con el privado, en lo que concierne a gestión y prestación de servicios, el sector privado suele dedicar entre el 10 y el 25 % de sus esfuerzos a encontrar y diseñar productos nuevos, mientras que en el sector público nadie se ocupa de eso. Solo en un puñado de países se han dado cuenta de que se necesita a un grupo de personas dedicadas a eso a diario». El tercer fruto del proyecto es una serie de planes en los que cada necesidad de la sociedad se asigna a una o más tecnologías de la información y la comunicación emergentes. En esos planes, se describe lo que habrá que hacer para que cada tecnología pase de su estado actual a una versión totalmente implantada y adaptada al sector público. Se incluyen recomendaciones complementarias en materia de investigación dirigidas a autoridades políticas, expertos en TIC y funcionarios públicos. Cambios a ritmo rápido Los cambios se producen a tal velocidad que próximamente la lista tecnológica de SONNETS ya quedará anticuada. Pero el marco creado en el proyecto puede ayudar a personas del sector público a tomar las decisiones pertinentes por sí solas al ayudarlas a «orientarse en este maremágnum tecnológico», en palabras de Charalabidis. Por encima de todo, su finalidad es facilitar una toma de decisiones que se base en datos empíricos, y no en ideologías. «El panorama cambia mucho cuando se toman decisiones importantes en una sociedad en las que los ciudadanos están muy bien conectados. Ya no se pueden tomar decisiones sin tomar en cuenta de forma sistemática la información empírica disponible», afirmó Charalabidis. En su opinión, tecnologías como la inteligencia artificial y la llamada «elaboración de políticas 2.0» (policymaking 2.0) presentan grandes posibilidades de cara a crear servicios nuevos en el sector público. Blockchain, la tecnología en la que se sustenta Bitcoin, podría hacer innecesario que las autoridades intervengan como garantes en la venta de una casa, el archivo de permisos de conducción o el mantenimiento del censo municipal. Pero todo esto depende en gran medida de cómo se utilice en la práctica. La gente podría temer que la inteligencia artificial, por ejemplo, destruya empleos o ayude a que se concentre la riqueza en un número cada vez menor de personas. «Nadie puede decir que este período de la historia de la humanidad esté exento de innovación, pero aquí la cuestión es de qué manera la innovación puede mejorar la vida de los ciudadanos a largo plazo», concluyó Charalabidis.

Palabras clave

SONNETS, sector público, prestación de servicios, tecnologías emergentes, necesidades de la sociedad, toma de decisiones con base empírica

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