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Un estudio apoya la armonización en las pruebas de los sistemas de transporte inteligentes

Un estudio de la UE relativo a la viabilidad de establecer pruebas de rendimiento para los sistemas inteligentes de seguridad en los vehículos ha publicado sus conclusiones, que apoyan un programa armonizado de pruebas. El estudio Active Safety Test Europe (ASTE), financiado...

Un estudio de la UE relativo a la viabilidad de establecer pruebas de rendimiento para los sistemas inteligentes de seguridad en los vehículos ha publicado sus conclusiones, que apoyan un programa armonizado de pruebas. El estudio Active Safety Test Europe (ASTE), financiado a través del programa SMART de la Comisión Europea, recomienda que se desarrollen pruebas de rendimiento para evaluar la seguridad en situaciones hipotéticas del tráfico, pero no recomienda que se confirmen requisitos fijos en sistemas técnicos individuales. Los sistemas de transporte inteligentes son sólo una de las maneras de aumentar la seguridad vial. Gracias a las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC) ya se ha creado gran cantidad de tecnologías. Entre ellas: sistemas para mantener a los vehículos en su carril; visión nocturna; sistemas de frenado antibloqueo; detección de la fricción con la carretera; sistemas de aviso contra colisiones; y sistemas anticolisión. En general, estos sistemas funcionan registrando información del vehículo y del entorno y modificando consecuentemente las funciones del vehículo. Bien el vehículo evita el accidente, bien el conductor recibe un aviso para que reaccione y lo evite. La funcionalidad de un sistema de seguridad activo puede clasificarse en preventiva, dinámica o de prevención de colisiones. Las pruebas para los sistemas de seguridad pasiva ya están bien consolidadas, pero no se dispone de pruebas uniformes para los sistemas de seguridad basados en TIC. El informe final de ASTE recomienda la elaboración de un programa de pruebas, reconociendo al mismo tiempo la complejidad del asunto: «Hay cuestiones técnicas, organizativas y de comercialización. Será importante dar con un programa de pruebas del rendimiento que resulte beneficioso tanto para la seguridad vial como para el desarrollo de la industria. Hay ciertas conclusiones que podrían ser delicadas para algunas partes interesadas. Será necesario continuar el debate para favorecer la aceptación entre los interesados», se señala. Según ASTE, las pruebas de rendimiento podrían fundamentarse en documentación, en sistemas o en situaciones hipotéticas del tráfico. En una prueba basada en documentación, la evaluación consistiría en revisar el diseño, el sistema y las especificaciones funcionales proporcionadas por el fabricante. Este método presenta la ventaja de acarrear un coste bajo y el inconveniente de que es difícil evaluar un sistema con una simple revisión teórica. En una prueba basada en el sistema, se combinarían varias pruebas físicas prácticas para verificar un sistema de seguridad. «El inconveniente es que podría limitar el desarrollo técnico de sistemas de seguridad nuevos, puesto que los requisitos mínimos y las definiciones dependerán de la tecnología de hoy», se advierte en el informe. Por último, en una prueba de rendimiento basada en situaciones hipotéticas, se coloca el vehículo ante un accidente verídico; éste es el método de pruebas preferido por los socios de ASTE. Según su equipo, las ventajas de esta opción son que pueden armonizarse los métodos de pruebas y que el proceso se ajustará a las variaciones técnicas de los sistemas y a los sistemas nuevos. El reto consistirá en definir un número adecuado de situaciones hipotéticas del tráfico acordes a la normativa. Se calcula que los costes de efectuar tales pruebas serán similares a los de las pruebas de la seguridad pasiva de los vehículos. Los medios para realizar las pruebas pueden servir también durante el desarrollo de sistemas nuevos. Una vez realizadas las pruebas, los resultados deberían comunicarse a los consumidores de tal forma que se cumplan sus distintos requisitos. Dichos resultados deberían comunicarse en varios niveles (desde muy detallado hasta simplificado). Los consumidores deben tener la capacidad de comparar fácilmente los resultados conseguidos por distintos vehículos. La etapa siguiente consiste en que los proveedores se pongan de acuerdo respecto a unos métodos de pruebas estandarizados. Asimismo, es necesario realizar más investigaciones sobre la conducta del conductor y la modelización de éste. Otros requisitos son el desarrollo de métodos de pruebas del rendimiento y el logro de un consenso sobre cómo deberían promoverse, administrarse y controlarse estas pruebas.

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