Convertir la biomasa en ingredientes saludables
El proyecto UP4HEALTH(se abrirá en una nueva ventana) se inspiró en las grandes cantidades de subproductos infrautilizados generados por las industrias de los alimentos y las bebidas de origen vegetal, sobre todo por las bodegas y las almazaras. UP4HEALTH fue financiado por la Empresa Común para una Europa Circular de Base Biológica(se abrirá en una nueva ventana), una asociación público-privada. «La valorización de estos subproductos representa tanto una necesidad como una oportunidad —explica el coordinador del proyecto, Carlos Adelantado, de ISANATUR(se abrirá en una nueva ventana) (España)—. Aunque estos subproductos son ricos en polifenoles y otras biomoléculas valiosas, a menudo se tratan como residuos, lo cual conlleva costes de eliminación y acarrear una carga medioambiental».
Sectores de los alimentos funcionales, los nutracéuticos y los cosméticos
En UP4HEALTH se reconoció la capacidad desaprovechada de convertir esa biomasa en ingredientes sostenibles y saludables destinados a mercados de gama alta como el de los alimentos funcionales o a los sectores de los nutracéuticos y los cosméticos. A fin de hacerlo realidad, el equipo del proyecto se centró en cuatro materias primas de origen mediterráneo y disponibles a escala local procedentes de la transformación de alimentos, a saber: el orujo de oliva (el material sólido que queda tras la extracción del aceite), orujo de uva, subproductos de frutos secos (descartes de frutos secos y torta de prensado de frutos secos) y huesos de aceituna. «Existen tecnologías para recuperar ingredientes con alto valor añadido —comenta Adelantado—. Sin embargo, uno de los principales retos consiste en validar modelos de negocio adecuados para modernizar las instalaciones de transformación, superar los cuellos de botella y los costes de inversión». Para tener éxito, el equipo de UP4HEALTH desarrolló y aplicó un nuevo proceso rentable de cero residuos que se puede escalar de forma asequible. Este proceso se puede adaptar a materias primas de temporada y de origen local (aceitunas, uvas y almendras) para obtener cuatro tipos de ingredientes de alto valor, a saber: agua de fruta natural, fibra dietética con alto contenido en polifenoles, extractos de frutas oleaginosas y xilooligosacáridos (XOS) prebióticos.
Ingredientes biológicos listos para el mercado
La aplicación de un modelo de biorrefinería escalable demostró que los subproductos de la industria alimentaria se pueden convertir en ingredientes biológicos seguros, eficaces y listos para el mercado. Además, los análisis nutricionales revelaron que los compuestos extraídos tenían un gran capacidad antioxidante y antiinflamatoria. Las técnicas utilizadas y los ingredientes extraídos se mostrarán en la feria comercial Vitafoods Europe(se abrirá en una nueva ventana), que se celebrará en Barcelona. «Se desarrollaron y probaron tres prototipos de alimentos funcionales (geles bebibles, barritas de aperitivo y yogur), demostrándose que conservaban unas propiedades organolépticas y tecnológicas deseables —agrega Adelantado—. También se desarrolló un producto cosmético, con propiedades hidratantes, antioxidantes e hipoalergénicas demostradas». Para las empresas de nutracéuticos, alimentarias y cosméticas, esta innovación podría facilitar el acceso a ingredientes nuevos, naturales y de etiqueta limpia, acordes con las tendencias actuales del mercado. Además, podría ayudar a las almazaras, las bodegas y los tostaderos de frutos secos a reducir los costes de gestión de residuos. «Entre los consumidores potenciales figuran las personas mayores, los deportistas y los consumidores preocupados por su salud, que buscan nuevos productos que favorezcan la salud y el bienestar —observa Adelantado—. Las economías locales pueden beneficiarse de la creación de puestos de trabajo sostenibles y cadenas de suministro resilientes arraigadas en la disponibilidad local de biomasa».
Sacar el máximo partido a los subproductos alimentarios infrautilizados
El proyecto UP4HEALTH ha sentado las bases para la comercialización. Los próximos pasos incluyen la validación normativa final de los XOS, la creación de asociaciones industriales y la realización de ensayos clínicos de productos específicos cuando sea necesario para respaldar las declaraciones de propiedades saludables. «Algunos ingredientes ya están siendo considerados para su integración por empresas de alimentos funcionales y nutracéuticos, lo cual indica una fuerte preparación del mercado —comenta Adelantado—. Las biorrefinerías locales y las cadenas de suministro están preparadas para su ampliación, adaptándose a las variaciones estacionales y a la producción agrícola regional». A partir de este trabajo, ISANATUR, entidad coordinadora del proyecto, también se propone construir una biorrefinería industrial insignia en Navarra (España), que se prevé que inicie su producción para 2028. «El legado a largo plazo de este proyecto ha sido demostrar cómo la tecnología alimentaria disponible y los modelos de negocio novedosos pueden contribir a sacar el máximo partido a subproductos alimentarios infrautilizados de la aceituna, la uva y los frutos secos —concluye Adelantado—. Esto está en consonancia con la sostenibilidad ambiental, el desarrollo económico y el fomento de unos hábitos de vida más saludables».