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El secreto para un envejecimiento saludable que no tiene nada que ver con la alimentación, el ejercicio ni la genética

Un nuevo estudio examina un factor clave para vivir más y mejor que normalmente se subestima.

Mantener un estilo de vida saludable, siguiendo una alimentación equilibrada, haciendo ejercicio con regularidad y durmiendo lo suficiente. Gestionar bien el estrés, limitar el consumo de alcohol y no fumar. Ninguna de estas costumbres es un secreto en el camino hacia un envejecimiento saludable. Un equipo de investigadores dirigido por la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos, afirma que existe otro factor clave que podría hacer maravillas en la longevidad: nuestra vida social.

La fuente de la juventud

La investigación sostiene que los vínculos sociales profundos y duraderos no solo enriquece la vida, sino que también la prolongan. Sus hallazgos se han publicado en la revista «Brain, Behavior, & Immunity - Health»(se abrirá en una nueva ventana). Los investigadores analizaron datos de más de dos mil cien estadounidenses en estudio a nivel nacional(se abrirá en una nueva ventana) pionero, cuyo objetivo es comprender por qué algunas personas mantienen la salud y el bienestar durante la vida adulta. Analizaron las conexiones sociales que los adultos estadounidenses habían formado con el tiempo y las compararon con indicadores de envejecimiento biológico. La investigación se centró en los relojes epigenéticos de los adultos: sofisticados algoritmos que estiman la velocidad de su envejecimiento biológico a partir de cambios en el ADN.

Los tres factores esenciales: amigos, familia y fe

La idea era analizar el efecto acumulativo que los vínculos sociales ejercen sobre las personas desde la infancia hasta la edad adulta, en lugar de estudiarlos de manera aislada. El equipo de investigación empleó cuestionarios para medir dieciséis indicadores en cuatro áreas de conexión social, a saber: el afecto y apoyo parental durante la infancia, la participación en la comunidad y el vecindario, la implicación religiosa, y el apoyo continuo de amigos y familiares en la edad adulta. Curiosamente, lo que más influyó en un envejecimiento saludable fue el grado de conexión de las personas con su comunidad, seguido de las relaciones positivas con amigos y familiares. «Este trabajo se basa en un estudio pionero que publicamos el año pasado, en el que mostramos cómo las ventajas sociales acumuladas se relacionan con resultados positivos para la salud», comentó Anthony Ong, primer autor del estudio y catedrático de Psicología en Cornell, en una noticia(se abrirá en una nueva ventana). «Esta nueva investigación profundiza en los mismos datos para comprender los mecanismos biológicos, es decir, cómo las conexiones sociales calan en nuestro organismo y afectan al envejecimiento a nivel molecular». A lo que añadió: «La ventaja social acumulada se trata, en realidad, de la profundidad y amplitud de nuestras conexiones sociales a lo largo de la vida». En general, los resultados revelaron que mantener vínculos sociales a lo largo de la vida ayuda a frenar los procesos biológicos del envejecimiento y a reducir los niveles de inflamación crónica. Incluso los genes envejecen más despacio. «Lo llamativo es el efecto acumulativo: estos recursos sociales se refuerzan mutuamente con el tiempo», explicó Ong. «No se trata solo de tener amigos hoy; lo importante es cómo nuestros vínculos sociales se han ido construyendo y profundizando a lo largo de la vida. Esa acumulación determina de manera medible nuestra salud a lo largo de la vida». Ong recomienda considerar nuestra vida social como una inversión a largo plazo, al igual que un plan de jubilación. «Hay que ver las conexiones sociales como un fondo de jubilación. Cuanto antes empecemos a invertir y más constante sea la contribución, mayor será el rendimiento. Nuestro estudio demuestra que esos beneficios no son solo emocionales, sino también biológicos. Las personas con conexiones sociales más sólidas y duraderas envejecen más despacio a nivel celular. Envejecer bien significa mantenerse sano y mantener vínculos sociales: son inseparables».

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