La cooperación reproductiva en los mamíferos
Algunos mamíferos, como los suricatas y las ratas topo, presentan un comportamiento poco habitual: en cada grupo social, una única hembra reproductora prácticamente monopoliza la reproducción. El resto de los miembros del grupo ayuda a criar a sus crías y la mayoría no se reproduce.
Ventajas y desventajas de la cooperación reproductiva
«Se suele asumir que la selección natural favorece a los individuos que maximizan su propio éxito reproductivo», explica Tim Clutton-Brock, coordinador del proyecto Group-Dynamics-TCB(se abrirá en una nueva ventana), de la Universidad de Cambridge(se abrirá en una nueva ventana) (Reino Unido). «Los sistemas reproductivos de estas especies ponen en entredicho la teoría evolutiva y plantean preguntas importantes sobre el desarrollo individual, la dinámica de grupo y la dinámica poblacional». Clutton-Brock quería comprender mejor las ventajas y desventajas de la cooperación reproductiva mediante el estudio de dos de los mamíferos más cooperativos: los suricatas del Kalahari y las ratas topo de Damaraland. El proyecto Group-Dynamics-TCB, financiado por el Consejo Europeo de Investigación(se abrirá en una nueva ventana), le permitió ampliar sus estudios previos en el Kalahari, que ofrecían acceso a un gran número de individuos y grupos acostumbrados a la presencia de observadores.
Medición del comportamiento individual y de las diferencias reproductivas
El equipo del proyecto midió las diferencias individuales en el desarrollo, el comportamiento y el éxito reproductivo de los individuos a lo largo de toda su vida. También cuantificó la heredabilidad de estas diferencias, así como los efectos de la variación en sus entornos físicos y sociales. «El nivel inusual de habituación de estos animales nos ayudó a analizar detalles como los efectos de los cambios en la tasa de aumento de peso de las madres durante el embarazo en la vida de sus crías», comenta Clutton-Brock. «Además, pudimos determinar los cambios en la función genética que ocurren a medida que los individuos pasan de subordinados a dominantes». El equipo colocó acelerómetros a las ratas topo y, gracias a ello, se pudo medir sus niveles de actividad bajo tierra. Estos sensores portátiles registraban los movimientos, a partir de los cuales se logró inferir una gran variedad de comportamientos y obtener información biológica valiosa, como el gasto energético y los patrones de actividad.
Transmisión de genes a través de la familia
Uno de los descubrimientos principales fue que, en ambas especies, los miembros del grupo estaban estrechamente emparentados. Ello sugiere que, al ayudar a sus madres o hermanas a cuidar de las crías, los individuos subordinados favorecían la transmisión de genes(se abrirá en una nueva ventana) compartidos. El estudio también reveló que, al ayudar, los individuos subordinados aumentaban el tamaño de su grupo, lo cual podría favorecer su propia supervivencia y su éxito reproductivo futuro, así como el número de sus descendientes propios. «También investigamos los efectos de la cría cooperativa en la dinámica poblacional», agrega Clutton-Brock. «Mostramos cómo el aumento del tamaño de grupo mitigó las consecuencias negativas de las sequías y el aumento de las temperaturas estivales, lo que ofrece una posible explicación de por qué la reproducción cooperativa es relativamente común en especies que viven en zonas áridas e impredecibles». El equipo demostró que las formas costosas de cría cooperativa, como alimentar a las crías de otros individuos, suelen limitarse a las especies que viven en grupos de parientes cercanos. El trabajo del proyecto ha dado lugar a una colaboración continua entre el equipo de Clutton-Brock y los genetistas de poblaciones del Instituto Max Planck(se abrirá en una nueva ventana) de Antropología Evolutiva en Leipzig.