RETOS DE LA SOCIEDAD - Sociedades seguras – proteger la libertad y la seguridad de Europa y sus ciudadanos
RETOS DE LA SOCIEDAD - Sociedades seguras – proteger la libertad y la seguridad de Europa y sus ciudadanos
Objetivo específico
El objetivo específico es fomentar unas sociedades europeas seguras en un contexto de transformaciones sin precedentes y creciente interdependencia y crecientes amenazas mundiales, al tiempo que se refuerza la cultura europea de libertad y justicia.
Europa nunca antes ha gozado de una paz tan consolidada y los niveles de seguridad que disfrutan los ciudadanos europeos son considerablemente más elevados si se comparan con otras partes del mundo. No obstante, la vulnerabilidad de Europa continúa siendo una realidad en un contexto de globalización creciente en el que las sociedades se enfrentan a amenazas y retos en materia de seguridad cada vez mayores en magnitud y sofisticación.
La amenaza de agresiones militares a gran escala ha disminuido y las preocupaciones relativas a la seguridad se centran en nuevas amenazas polifacéticas, interrelacionadas y transnacionales. Es necesario tomar en consideración aspectos tales como los derechos humanos, la degradación medioambiental, la estabilidad política y la democracia, las cuestiones sociales, la identidad cultural y religiosa o el fenómeno de la migración. En este contexto, los aspectos internos y externos de la seguridad están inseparablemente vinculados. Para proteger la libertad y la seguridad, la Unión requiere respuestas eficaces que utilicen un amplio abanico de instrumentos globales e innovadores en materia de seguridad. La investigación y la innovación pueden desempeñar una función clara de apoyo como elemento capacitador aunque por sí solas no pueden garantizar la seguridad. Las actividades de investigación e innovación deben encaminarse a comprender, evitar y desalentar las amenazas a la seguridad, así como a prepararse y protegerse frente a ellas. Además, la seguridad implica retos fundamentales que no pueden superarse mediante un tratamiento independiente y específico por sector, sino que requieren planteamientos más ambiciosos, coordinados y globales.
Numerosas formas de inseguridad, tales como las derivadas de la delincuencia, la violencia, el terrorismo, las catástrofes naturales o las provocadas por el ser humano, los ciberataques, las violaciones de la intimidad y otros tipos de trastorno social o económico, afectan cada vez en mayor medida a los ciudadanos.
Según los cálculos, es posible que el número de víctimas anuales directas de la delincuencia ascienda a 75 millones en Europa. El coste directo de la delincuencia, el terrorismo, las actividades ilícitas, la violencia y las catástrofes en Europa se cifró en al menos 650 000 millones de euros (alrededor del 5 % del PIB de la Unión) en 2010. El terrorismo ha dado muestras de sus letales consecuencias en diversas partes de Europa, al dejar miles de víctimas mortales y provocar importantes pérdidas económicas. También tuvo un impacto cultural y mundial significativo.
Los ciudadanos, empresas e instituciones cada vez intervienen en más transacciones e interacciones digitales en los ámbitos social, financiero y comercial, pero el desarrollo de Internet ha creado también la ciberdelincuencia, que cuesta miles de millones de euros cada año, y los ataques informáticos a infraestructuras críticas y genera violaciones de la intimidad de particulares o asociaciones en todo el continente. Los cambios de la naturaleza y de la percepción de la inseguridad en la vida cotidiana pueden afectar no solo a la confianza de los ciudadanos en las instituciones, sino también a la confianza entre sí.
Para anticipar, prevenir y gestionar estas amenazas es necesario crear y aplicar tecnologías y soluciones innovadoras e instrumentos de predicción y conocimiento, estimular la cooperación entre proveedores y usuarios, buscar soluciones de seguridad civil, mejorar la competitividad de los sectores de la seguridad, la industria y los servicios, incluidas las TIC, en Europa, y prevenir y combatir la violación de la intimidad y los derechos humanos en Internet, y otros lugares, sin dejar de garantizar los derechos y libertades individuales de los ciudadanos europeos.
A fin de propiciar una mayor colaboración transfronteriza entre los distintos tipos de servicios de urgencia, debe prestarse atención a la interoperabilidad y la normalización.
Por último, como las políticas de seguridad deben interactuar con diferentes políticas sociales, reforzar la dimensión social de la investigación sobre seguridad será un aspecto importante de este reto de la sociedad.
El respeto a los valores fundamentales, como la libertad, la democracia, la igualdad y el Estado de Derecho debe constituir la base de cualquier actividad emprendida en el contexto de este desafío para proporcionar seguridad a los ciudadanos europeos.
Justificación y valor añadido de la Unión
La Unión y sus ciudadanos, sus industrias y sus socios internacionales se enfrentan a una serie de amenazas a la seguridad tales como la delincuencia, el terrorismo, el tráfico ilegal y las emergencias a gran escala debidas a catástrofes naturales o provocadas por el hombre. Estas amenazas pueden cruzar fronteras e ir dirigidas tanto a objetivos físicos como al ciberespacio, con ataques procedentes de diversas fuentes. Los atentados contra los sistemas de información o de comunicación de las instituciones públicas y de las entidades privadas, por ejemplo, no solo socavan la confianza del ciudadano en los sistemas de información y comunicación y dan lugar a pérdidas financieras directas y a la pérdida de oportunidades de negocio, sino que pueden también afectar gravemente a infraestructuras y servicios vitales como la energía, la aviación y demás transportes, al abastecimiento de agua y alimentos, a la salud, a las finanzas y a las telecomunicaciones.
Estas amenazas pueden poner en peligro los fundamentos internos de nuestra sociedad. La tecnología y un diseño creativo pueden suponer una contribución importante a cualquier respuesta que se dé. Con todo, deben buscarse soluciones nuevas, sin perder de vista que los medios deben ser los apropiados y adecuarse a la demanda de la sociedad, en particular en lo que respecta a los derechos y libertades fundamentales del ciudadano.
Por último, la seguridad representa asimismo un reto económico de primer orden, habida cuenta de la participación de Europa en un mercado de la seguridad mundial en rápido crecimiento. Dado el impacto potencial de algunas de las amenazas para los servicios, redes o empresas, la aplicación de soluciones de seguridad adecuadas se ha convertido en algo crucial para la economía y la competitividad de la industria europea. Un elemento central de este reto es la cooperación entre Estados miembros, así como con terceros países y organizaciones internacionales.
La financiación de la investigación e innovación por parte de la Unión en lo que respecta a este reto supondrá, por tanto, un apoyo para la elaboración, aplicación y adaptación de las acciones clave de la Unión, en particular las prioridades de la estrategia Europa 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, la Política Exterior y de Seguridad Común, la Estrategia de Seguridad Interior de la Unión y la iniciativa emblemática "Agenda Digital para Europa". Se procurará la coordinación con las acciones directas del Centro Común de Investigación.
Líneas generales de las actividades
Se trata de apoyar las políticas de seguridad interior y exterior de la Unión y garantizar la ciberseguridad, la confianza y la privacidad en el mercado único digital, mejorando, al mismo tiempo, la competitividad de las industrias y servicios de seguridad de la Unión, incluidas las TIC. Las actividades se centrarán en la investigación y el desarrollo de la siguiente generación de soluciones innovadoras, y en la puesta a punto de conceptos, diseños novedosos y normas interoperables. Para lograrlo se recurrirá a tecnologías y soluciones innovadoras que aborden la cuestión de las brechas de seguridad y lleven a una reducción del riesgo derivado de las amenazas a la seguridad.
Estas acciones orientadas a una misión concreta integrarán las demandas de diferentes usuarios finales (ciudadanos, empresas, organizaciones de la sociedad civil y administraciones, incluidas las autoridades nacionales e internacionales, protección civil, fuerzas de seguridad, guardia fronteriza, etc.), a fin de tener en cuenta la evolución de las amenazas para la seguridad, la protección de la intimidad y los necesarios aspectos sociales.
Las actividades perseguirán los siguientes objetivos específicos:
(a) la lucha contra la delincuencia, el tráfico ilegal y el terrorismo, lo que incluye comprender las claves del fenómeno terrorista y hacer frente a las ideas y creencias que lo alimentan;
(b) la protección y mejora de la resistencia de las infraestructuras críticas, cadenas de suministro y modos de transporte;
(c) el refuerzo de la seguridad a través de la gestión de las fronteras;
(d) la mejora de la ciberseguridad;
(e) el refuerzo de la resistencia de Europa frente a las crisis y las catástrofes;
(f) la protección de la intimidad y la libertad, también en Internet, y la mejora de la comprensión social, jurídica y ética de todos los ámbitos de la seguridad, el riesgo y la gestión;
(g) la mejora de la normalización e interoperabilidad de los sistemas, inclusive para fines de emergencia;
(h) el apoyo a las políticas de seguridad exterior de la Unión, inclusive la prevención de conflictos y la consolidación de la paz.