Investigar la inestabilidad genómica en el cáncer
La farmacorresistencia en el cáncer es un problema muy extendido. Un descubrimiento reciente que relaciona la farmacorresistencia, la recidiva de la enfermedad y la muerte en el cáncer de pulmón no microcítico es la variación en el número de copias de regiones genómicas, ya sea dentro de las células de un mismo tumor o en diferentes regiones tumorales de un mismo paciente. «En un tumor se observan cambios en el número de copias de cada célula», explica Eva Grönroos, investigadora principal del laboratorio Instituto Francis Crick(se abrirá en una nueva ventana). «El resultado confirma que no todas las células del tumor tienen el mismo número de copias cromosómicas y su composición genética es diferente», añade. En el proyecto PROTEUS, financiado por el Consejo Europeo de Investigación(se abrirá en una nueva ventana) (CEI) y dirigido por el catedrático Charles Swanton(se abrirá en una nueva ventana), los investigadores trataron de profundizar en este descubrimiento, desarrollando modelos de cáncer de pulmón que ayudaran a descubrir los patrones evolutivos que subyacen a esta inestabilidad genómica. «Una de las conclusiones de este proyecto es que estos cambios no son completamente aleatorios(se abrirá en una nueva ventana) », afirma Grönroos. «Las mismas ganancias y pérdidas se observan a menudo dentro de un tipo de tumor específico, lo que indica presiones de selección específicas del tipo de cáncer que dan forma al genoma tumoral».
Comprender el complejo papel del sistema inmunitario en la lucha contra el cáncer
Como parte del proyecto, los investigadores utilizaron un método conocido como «código de barras tumoral» para investigar el efecto de los posibles supresores tumorales en el crecimiento de los tumores. Utilizando modelos murinos y la tecnología de edición genética CRISPR/Cas9 para inactivar genes específicos, el equipo demostró que la inactivación de algunos de estos presuntos genes supresores dio lugar a tumores muy grandes(se abrirá en una nueva ventana), mientras que otros estaban implicados en el inicio del tumor. «En el transcurso de este proyecto, nosotros al igual que otros investigadores, hemos llegado a apreciar el papel complejo que desempeña el sistema inmunitario(se abrirá en una nueva ventana) en relación con el inicio y la progresión de los tumores», señala Swanton.
Relevancia de la contaminación atmosférica en el cáncer de pulmón
En concreto, se sabe desde hace tiempo que la contaminación atmosférica está asociada a una mayor incidencia del cáncer de pulmón, pero el equipo del proyecto PROTEUS descubrió nuevos vínculos entre los contaminantes ambientales y el crecimiento tumoral. Mediante datos epidemiológicos, modelos murinos y experimentos «in vitro», el equipo demostró que la contaminación atmosférica favorece el cáncer de pulmón(se abrirá en una nueva ventana) independientemente de las mutaciones genéticas. Con sus hallazgos demostraron que la exposición a los contaminantes activa el sistema inmunitario, que libera sustancias de señalización proinflamatorias. Estas actúan sobre las células mutadas preexistentes en el pulmón y favorecen la tumorigénesis, es decir, el proceso por el que las células normales se convierten en tumorales. Los hallazgos de PROTEUS sugieren que el «iniciador»(se abrirá en una nueva ventana) de un tumor es una célula mutada preexistente portadora de una mutación cancerosa, que puede adquirirse con la edad. El «promotor» del tumor, según sus estudios, podría ser la contaminación atmosférica, que desencadena una respuesta inflamatoria que acelera la formación de los tumores. «De todos nuestros hallazgos durante este proyecto, consideramos que nuestra investigación sobre la contaminación atmosférica y el cáncer de pulmón es la que tiene el alcance más amplio», afirma Grönroos.
Nutrir los tratamientos oncológicos
Gracias a su trabajo sobre la contaminación atmosférica, la inflamación y la promoción de los tumores, los investigadores esperan encontrar nuevas formas de prevenir el inicio del cáncer mediante el uso de agentes antiinflamatorios en poblaciones de alto riesgo, lo que abre un nuevo campo de prevención molecular del cáncer. La investigación proseguirá gracias a una nueva subvención del CEI. «Tanto nuestros datos, como los de otros investigadores, han demostrado que el organismo está plagado de células mutadas que nunca llegan a formar un cáncer», añade Grönroos. «Nuestra subvención actual se centra en identificar los factores que podrían intervenir en la promoción del cambio de una célula indolente mutada a cáncer».