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Anaerobic FermenTation & EsteRification of BIOmass for producing fine CHEmicals

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Un proceso inspirado en la naturaleza convierte la biomasa en productos químicos ecológicos

Un proyecto financiado con fondos europeos transforma residuos agrícolas en valiosos productos químicos mediante fermentación sin residuos, creando empleo y abriendo nuevas oportunidades de mercado.

Utilizar fuentes renovables y naturales para crear artículos de uso cotidiano como ingredientes alimentarios, fragancias y productos de higiene no solo ayuda a reducir las emisiones de carbono y los residuos, sino que también abre nuevos mercados y cadenas de valor en la bioeconomía. Ese era el objetivo del proyecto financiado con fondos europeos AFTERBIOCHEM(se abrirá en una nueva ventana): convertir biomasa no alimentaria en una serie de productos ecológicos combinando los procesos naturales y químicos de la fermentación anaeróbica por lotes y la esterificación. Además de desarrollar un sistema de fermentación único y optimizado, el proyecto ha inaugurado con éxito una biorrefinería integrada pionera en su género en Carling Saint-Avold (Francia), también con el apoyo de la Empresa Común para una Europa Circular de Base Biológica(se abrirá en una nueva ventana). «Gracias a la tecnología de fermentación patentada por AFYREN, que aprovecha los microorganismos naturales, podemos producir a escala industrial y con calidad una familia de siete ácidos carboxílicos diferentes que contienen de dos a seis átomos de carbono», afirma Jérémy Pessiot, cofundador, director general y responsable técnico de AFYREN(se abrirá en una nueva ventana), la empresa de química verde que coordina AFTERBIOCHEM.

Un proceso natural con poder industrial

Tres ventajas diferencian la tecnología de fermentación del proyecto de los métodos de biorrefinería existentes. En primer lugar, trata directamente los coproductos de la biomasa sin necesidad de pretratamiento, lo cual reduce los costes operativos y la complejidad. En segundo lugar, la tecnología utiliza microorganismos no modificados genéticamente. Y, por último, el proceso conduce a la mixogénesis, que transforma la pulpa de remolacha azucarera, las melazas y otros coproductos agrícolas similares en siete valiosos ácidos de origen biológico mediante una fermentación consolidada. Ello agiliza la producción y aumenta la productividad. El método de producción de AFTERBIOCHEM sigue un principio de residuo cero, en que el agua se recicla por completo y el único subproducto es un abono rico en potasio apto para la agricultura ecológica. Todo ello devuelve los nutrientes al suelo, completando el ciclo agrícola. Además, este método se basa en los principios de la química verde, minimizando el impacto medioambiental. «Inspirado en la naturaleza y totalmente biomimético, el proceso reproduce a escala industrial la fermentación que existe desde hace millones de años en los ecosistemas naturales, y en que se basan procesos como la digestión anaerobia, utilizada hoy para la producción de energía», explica Pessiot.

Establecer una bioeconomía circular

La biorrefinería inició su producción industrial en 2024, lo cual permitirá la venta de varias decenas de toneladas de ácidos carboxílicos de origen biológico, aunque aún no se ha alcanzado la plena capacidad de producción. Dichas soluciones sirven a diversos mercados, como los de la alimentación humana y animal, los sabores y fragancias, las ciencias de la vida, la ciencia de los materiales y los lubricantes. Los ácidos carboxílicos tienen un importante potencial comercial. Según Straits Research(se abrirá en una nueva ventana), el mercado se valoró en más de 18 000 millones de dólares en 2024, y se prevé que alcance los 30 000 millones de dólares en 2033. El éxito de AFTERBIOCHEM va más allá de los logros tecnológicos y se extiende al desarrollo económico. El proyecto ha creado ochenta puestos de trabajo industriales directos en la biorrefinería de la región francesa Gran Este, una zona que se ha enfrentado a retos económicos derivados de la reestructuración industrial. Además, se calcula que se han generado 240 empleos indirectos. Con la biorrefinería cerca de las fuentes de materias primas, el proyecto ayuda a crear puestos de trabajo arraigados localmente, fomentando la actividad económica en las zonas rurales. De cara al futuro, la tecnología del proyecto ofrece perspectivas de escalabilidad. «A largo plazo, nuestro objetivo es construir varias plantas en el mundo y convertirnos en una empresa industrial de tamaño medio», afirma Pessiot. El equipo de AFTERBIOCHEM demuestra que la biotecnología innovadora puede abordar simultáneamente los retos medioambientales, crear oportunidades económicas y contribuir al Plan de Acción para la Economía Circular(se abrirá en una nueva ventana).

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