Acelerar el progreso de la bioeconomía europea
Uno de los retos para impulsar la innovación en bioeconomía es la naturaleza segregada de cada uno de los sectores de base biológica y del sistema alimentario, junto con la dispersión de los instrumentos políticos y las acciones entre ministerios y ubicaciones geográficas. El proyecto ShapingBio(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, se propuso profundizar en el conocimiento del estado actual del ecosistema de innovación en bioeconomía con participación de las partes interesadas(se abrirá en una nueva ventana) a lo largo de todo el proceso. Esos conocimientos se utilizaron para elaborar directrices y recomendaciones que apoyaran la cooperación intersectorial y la armonización y eficacia de las políticas entre regiones, ámbitos y niveles de gobernanza.
Método estratégico de la bioeconomía
El equipo de ShapingBio llevó a cabo un inventario y análisis exhaustivos de iniciativas, estructuras, instrumentos políticos y lagunas en macrorregiones, Estados miembros y sectores de la Unión Europea. En general, el proceso demostró que muchos Estados miembros y regiones han dado pasos significativos —en distintas fases de aplicación— para establecer un método estratégico de la bioeconomía. Sin embargo, se encontraron variaciones en su método para lograr un marco político de bioeconomía más completo e integrado. Por ejemplo, los Estados miembros difieren en los ministerios implicados y en los mecanismos de coordinación entre ellos. Dada la naturaleza intersectorial y transformadora y la importancia estratégica de la bioeconomía, también se constató que las negociaciones entre actores son clave para una coordinación y gobernanza eficaces de las diversas iniciativas.
Innovación en bioeconomía y transferencia de tecnología
«Existen diferencias significativas entre los Estados miembros en cuanto a programas y actividades de investigación y desarrollo en bioeconomía, patentes, instalaciones de ampliación y desarrollo industrial», señala Sven Wydra, coordinador del proyecto de la Sociedad Fraunhofer para el Avance de la Investigación Aplicada(se abrirá en una nueva ventana). Cree que los países de Europa Central y Oriental tienen un gran potencial por explotar: entre otras cosas, sería útil aumentar la colaboración con países en fases más avanzadas. Además, la bioeconomía es muy heterogénea en los distintos Estados miembros, lo cual constituye un punto fuerte, pero también un reto que debe tenerse más en cuenta en las políticas y debates destinados a acelerar la adopción de la innovación en bioeconomía. La situación de la bioeconomía en cada país puede consultarse en las fichas de cada país(se abrirá en una nueva ventana) de ShapingBio. Wydra subraya que el éxito de la bioeconomía depende de la implicación de las distintas partes interesadas a lo largo de toda la cadena de valor: «Las estructuras de colaboración como agrupaciones, centros y plataformas son intermediarios muy importantes e impulsan el intercambio de conocimientos». La transición del laboratorio y los proyectos piloto a la escala industrial es un paso fundamental en la cadena de innovación y a menudo se enfrenta a obstáculos tecnológicos, así como a retos relacionados con la diversidad de las características de la biomasa. «Es fundamental contar con infraestructuras de demostración y pruebas piloto de última generación y más apoyo financiero a los innovadores de toda Europa», subraya Wydra.
Acceso a la financiación y colaboración
Todos los Estados miembros tienen programas de financiación que pueden usarse para proyectos de bioeconomía. Según Wydra, esos programas suelen estar abiertos a muchos temas de investigación, pero pueden no estar «bien adaptados a las necesidades de los agentes de la bioeconomía y a la posible continuidad de sus actividades de desarrollo en fases más maduras». La mejora del acceso de las empresas a la financiación pública —menos cargas administrativas y programas más fáciles de encontrar— y las medidas para reducir el riesgo de la inversión privada(se abrirá en una nueva ventana) son los próximos pasos. «La colaboración con una mayor diversidad de grupos interesados representados a lo largo de las cadenas de valor de la bioeconomía es tan importante como la investigación y las actividades industriales. Solo así podremos superar los “silos” en actividades sectoriales, ámbitos políticos o geográficamente, y ajustar mejor los servicios que prestan las plataformas colaborativas a las necesidades en rápida evolución de sus miembros», concluye Wydra. Los análisis y otros resultados(se abrirá en una nueva ventana) de ShapingBio pueden consultarse en el sitio web del proyecto.